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LA "ESPANTÁ".

El espectáculo de la “espantá” del que intriga para convertirse en el Gran Conducator - amordazando la libertad de expresión, anulando la división de poderes, demonizando a la oposición y a cualquier crítica - ha sido una maniobra bufa e insolente, explicada en una carta, que ha tenido varias intenciones.  La primera era la de polarizar toda la atención en él, empleando ese estilo empalagoso que oscila entre angustioso, artificial y fingido. Nada nuevo, qué se podía esperar del que ha hecho de la mentira su trono, de la calumnia su escabel y de la traición su estandarte. Todo ha sido una gran pantomima para victimizarse y cambiar el foco de la atención pública.  Una gran parodia, nada ha sido improvisado , sólo la puesta en escena de un tipo sin escrúpulos y al que le vale todo si consigue llevar a cabo sus planes totalitarios.  Después de esa falsa “espantá”, después de ese nuevo teatro, amenaza con un, " punto y aparte", que consiste fundamentalmente en amordazar a los medi

LA AGENDA CLIMÁTICA DEL FUEGO.





Publicada en el diario Nuestra España, el 29  julio de 2022.


A todos nos ha sobrecogido y nos sobrecoge aún ver esos campos de luto, inservibles, enmarañados en humo, cenizas y dolor.


Nadie les escucha, nadie atiende sus ruegos ni razones. Responsables  – curiosa denominación – miran para otro lado cuando, descarnadamente muestran las llagas de su dolor, sus hogares volatilizados, sus vidas evaporadas, sus recuerdos en forma de escombros negros y rotos y, sobre todo, sus inconsolables quejas.


Detrás de cada agricultor, de cada ganadero, de cada pastor hay desconsuelo y suplicio. Abandonados a su suerte por la mala gestión de un desgobierno que sólo atiende intereses ideológicos.


Se han borrado recuerdos familiares, vidas, hogares y tiempos. La tragedia sólo puede ser soportada por la entereza, a pesar de la magnitud del caos y la devastación contemplada, de estos españoles duros y curtidos que deben de encarar sus vidas haciendo nuevamente un esfuerzo supremo.

Es inhumano y desolador ver estos paisajes yermos, pavorosos y ásperos, que recuerdan por su aridez y tristeza los paisajes calcinados de los campos de batalla que mostraban los frentes de la Primera Guerra Mundial.

Todos hacen oídos sordos, guiados por la estupidez infantiloide de una nueva religión que, pregonando a bombo y platillo defender la Madre Tierra, a la Pacha Mama, es la principal responsable de las tragedias que se ceban hoy con ganaderos y demás gente del campo. Campo donde está la despensa de la que aún hoy disfrutamos.

Los que ordenan y mandan en bosques, dehesas, vaguadas, valles y montañas, son ecologistas. Ecologistas de salón climatizado que emulan a aquellos toreros que, sin atreverse a plantarse ante un toro de verdad, se exhibían en reuniones sociales y cafés en el siglo pasado.

Era muy cómodo dar pases de pecho, manoletinas, chicuelinas, largas cambiadas, naturales e, incluso, entrar a matar al volapié sin tener que pasar de verdad por el fielato de las astas del cornúpeta.


Exactamente igual y con la misma irresponsabilidad  – pero haciendo un daño absolutamente incalculable – actúan estos ecologistas de despacho.

 

Confunden el ganado con las mascotas y, a los animales salvajes con el Libro de la Selva. No han visto el campo nada más que en documentales de la National Geographic y en postales, pero viven de ello pontificando y seguro que muy bien.

Uno de sus argumentos, para no limpiar ni proteger nuestros paisajes durante el invierno, es que se hace para no molestar al hermano ciervo, al hermano lobo  – de estos podemos hablar en otro momento – al hermano pájaro, que necesitan intimidad para sus actos, pero, ¿qué ha pasado ahora con todos esos hermanos, cuantos miles de ellos han muerto achicharrados? ¿Cuántos manantiales y veneros están sucios y contaminados, algunos cegados por muchos años por las cenizas que les atoran y cubren. En su estulticia e irresponsabilidad son los causantes  inmediatos de un desastre muy difícil de igualar.

Seguramente, por su insuficiente falta de conocimientos y experiencia, ignoraban el desastre que estaban propiciando con sus normas absurdas. Sin embargo, y esto es lo más grave y espantoso, los que les han puesto ahí y les han dado órdenes y reglamentos para que los apliquen, sí que sabían perfectamente lo que podría pasar cuando las condiciones climatológicas de los veranos españoles, en los que alternan periódicamente espacios de sequía y calor extremo desde tiempo inmemorial, se presentaran.

Estos sí eran conocedores, y por tanto conscientes, de lo que estaban haciendo; estos sí eran sabedores de las consecuencias que iban a tener esas absurdas políticas de campo obstruido y sucio.

Nada nuevo bajo el sol en estos retorcidos malvados pertenecientes a la Cooperativa del Mal, ésa que tanto daño está ocasionando.

Hay que volver a repetirlo una y otra vez: los incendios en bosques y campos se previenen y se evitan en invierno, con trabajos forestales apropiados, limpiando el campo de brozas, pastos inútiles – que en su momento servirían muy bien al ganado – adecuando todo lo relativo a despejar los cortafuegos de hierbas, malezas y materia combustible inservible, seca y presta a arder en el estío a la menor oportunidad.

Si a todo ello unimos los pirómanos que actúan por varias motivaciones: venganza, disturbio psiquiátrico o intereses inconfesables, tenemos el cóctel perfecto y listo para estallar.

Siguiendo con las maniobras de intimidar y alarmar nos muestran los mapas del tiempo acentuando el negro y el rojo, como otra maniobra más para seguir con la manipulación. Hablan y peroran sobre temperaturas de récords que, por lo visto nunca se habían batido.

A veces, y también de modo infantil y estúpido, se les escapa que no se alcanzaban desde hacía más de setenta y cinco o cincuenta años; que las sequías en esos mismos años eran responsables de hambrunas y ruina, sin reparar en el argumento de que la producción industrial de aquellas épocas, era la milésima parte de lo que es ahora.

Fue Al Gore, Premio Nobel de la Paz y que cobra entre 70.000 y 120.000 € por cada conferencia, por cada charla, en las que se dedica a asustar a su concurrencia, una concurrencia que se lo premia enriqueciéndole y llenándole aún más sus ya abultados bolsillos, uno de los primeros apóstoles del desastre climático, dueño de una fábrica de zinc más contaminante que la ciudad entera de Nueva York.

Un megamillonario que, en poco tiempo, multiplicó por cincuenta su gran fortuna con el negocio del cambio climático. 

El que hace unos quince años pronosticaba los mayores desastres, tales como que los niveles de las orillas del Mediterráneo subirían más de tres metros y llegarían a inundar las ciudades costeras y mil desastres más que, por supuesto no se han cumplido, porque todo es mentira, todo es manipulación, todo es un engaño meditado y cruel para seguir apretándonos en el desastre planificado para la ruina de Occidente que estos macabros personajes que mueven los hilos de la Agenda 2030, han diseñado.

Nuestro ínclito y nunca bien ponderado “Antonio” que, a poco que se mueve lo hace en Falcon, Superpuma y varias decenas de vehículos, que contamina de forma tozuda e inmisericorde, el que luego en plan de cínico profesional suelta eso de:

“Los incendios son culpa del cambio climático”

Un cambio climático producido, al parecer, por las ventosidades de las vacas. Nunca, jamás por las turbinas del Falcon ni de los Superpumas, ni tampoco por los motores de gran cilindrada de los vehículos que siempre le acompañan.

Qué difícil les están poniendo las cosas a la España rural - y de paso a todos los españoles - cuánto llanto han derramado y seguirán derramando, cuánto dolor, pero ¿Es esto casual? Ciertamente no.

Sería interesante un estudio que mostrara qué ha cambiado, al año o a los dos años, en el mismo paisaje arrasado por el fuego: ¿hay molinillos, placas solares...?

Es posible que en muchos lugares sí. 

¿Vamos comprendiendo ya los planes de estos secuaces del Mal?

Comentarios

JUANJO ha dicho que…
COMO SIEMPRE, ACERTADÍSIMO. RECUERDO, QUE EN MI NIÑEZ, HABIÁN GRANDES INCENDIOS Y, CON LOS MEDIOS DE ENTONCES, SE APAGABAN Y NO SE QUEMABAN TANTAS HECTÁREAS COMO AHORA. AH, CIERTO, HABIAN CORTAFUEGOS, LOS PASTORES CON SUS REBAÑOS COMÍAN LAS HIERBAS Y LA MALEZA DEL MONTE Y, ASÍ, UN LARGUÍSIMO ETC.
Pepe ha dicho que…

Pepe esto del cambio climático,los fuegos y la limpieza de los arroyos,ríos y embalses no sé a quién y a que intereses obedecen.Casi todas las riadas que sufrimos durante todo el año son debidas a la falta de limpieza de los márgenes de los ríos y de los arroyos. Con la calor pasa igual todos los días las TV nos bombardean con las alarmas y alertas por la calor siempre en verano hemos estado a los más de 40 grados y no pasa nada. Pepe enhorabuena por tu magnífico artículo. Un 🫂

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