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EL VERDUGO.


No, no me refiero a aquella película memorable protagonizada por Pepe Isbert en el papel principal, y dirigida por Berlanga. 

Me refiero a la actitud vil y canallesca de un presidente de desgobierno que siempre ha usado y abusado de los Decretos, pero que en un momento álgido y grave se negó reiteradamente a decretar el Estado de Alarma y Emergencia, cuando la situación era ya dificilísima y dantesca como se ha visto, porque eso suponía poner en marcha automáticamente la intervención del Ejército y de las FFCSE.

Un presidente de desgobierno que, al estar chantajeado por los enemigos de España, tal acción podía ser una maniobra perturbadora para su equilibrio en el Congreso, porque separatistas, golpistas y proetarras - de los que depende - al odiar España y a sus instituciones, al ser éstas representativas de toda la Nación, no podían consentirlo.

Durante más de diez días, miles de ciudadanos han estado prácticamente solos y abandonados a su suerte por el Estado, soportando sufrimiento, dolor y pillaje de bandas que, como buitres y con total impunidad, al carecer de elementos disuasorios, se dedicaban a robar las pocas pertenencias que aún les quedaban.

Tan sólo el Rey envió a la Guardia Real de manera inmediata, no esperó a que se la pidieran.

La frase más repetida por los entrevistados en los pueblos arrasados, eran: 

“¡Nos sentimos abandonados!”. 

Sólo había que ver cómo estaban esos lugares para cerciorarse de sus razones.

La otra frase lapidaria del Gran felón fue: 

“Si necesitan más recursos que los pidan”. 



 

Cuando alguien se está ahogando no se pregunta si necesita ayuda. Se actúa de inmediato porque la situación así lo requiere.

Cuánta miseria y crueldad encierra esa omisión de socorro, esas palabras, esa inacción. Expresión perversa que reflejaban un cálculo político sin entrañas, sin sensibilidad y sin corazón. 

Ni siquiera al peor verdugo se le ocurre algo semejante, sólo a un baladrón sin conciencia y sin atisbo alguno de humanidad sabiendo que muchos ciudadanos van a perder o están perdiendo: vidas, bienes y esperanza. 

Valga como ejemplo el dispositivo que el PSOE de F. González puso en marcha tras la inundación de Bilbao de 1983 que, en menos de 72 horas movilizó al Ejército y puso allí 10.000 soldados con asistencia inmediata y atención a las víctimas. 

Sin embargo y, para vergüenza del Gran Felón y sus cómplices, sólo llegaron un total de 7.500 soldados en siete días.

Si hubieran estado en número suficiente desde el inicio del desastre, se hubiera evitado mucho dolor y, sobre todo, la sensación angustiosa, tras la tragedia, de abandono y desamparo absolutos.

Otra causa de esta inacción estriba en que tanto la Comunidad de Valencia y la capital, están regidas por el PP. 

Seguro que, si hubieran sido de izquierdas o separatistas, la conducta de este indeseable hubiese sido totalmente diferente. 

Le hubiéramos visto gimoteando y abrazando a los presidentes de esas comunidades e, inmediatamente, un chorro de euros, material y personal de diferentes ministerios habrían llegado allí de forma inmediata. 

Al mismo tiempo se ha producido algo que a la izquierda le envenena: la demostración impresionante de un sentimiento nacional que late en todos los ciudadanos, que voluntariamente han llegado desde todos los puntos de España para colaborar en paliar el desastre. 

Por mucho que estos devastadores del solar Patrio luchen y persistan en deshacer nuestra historia y esta Nación no lo van a conseguir. 

El pueblo español se ha mostrado solidario, generoso e infatigable en su entrega y magnanimidad, actitud que descompone a la progresía en su empeño de disolución. 

Ya conocíamos el jaez de este miserable. En momentos así es cuando la auténtica personalidad de muchos individuos sale a flote con más claridad, lo hemos visto de forma rotunda.   

El desgobierno se ha retratado y ha fallado como tantas otras veces. No ha sido el Estado, representado dignamente por el Rey; la responsabilidad absoluta y principal recae, quieran o no todos los medios de comunicación sincronizada, en este desgobierno de mendaces y traidores que se ha convertido en el verdugo del pueblo valenciano principalmente y, secundariamente, del resto de comunidades afectadas por esta impresionante desgracia.

Puestos a clasificar responsabilidades éstas señalan principalmente a estos seis personajes: 

- 1. El presidente del desgobierno.

- 2. La ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, desaparecida diez días. 

Ésta se ha negado sistemáticamente a que los cauces de ríos y torrenteras se limpiaran de residuos, los mismos que han actuado como arietes cuando, después de taponar y obstruir su curso natural no han aguantado más y han salido disparados, llevándose con furia todo lo que encontraban a su paso.

Al eslogan falso y malvado de: "el cambio climático mata", hay que contraargumentarle sin timidez: lo que de verdad mata es lo expuesto anteriormente y paralizar las obras hidráulicas que regularían esas avenidas de agua, y, al mismo tiempo, eliminar azudes y represas que controlaban esos cauces. 

Con toda esta política absurda y criminal, antes o después, el desastre era previsible.

Mata el ecologismo radical, en gran parte culpable de incendios e inundaciones que predispone a montes y cauces para que se produzcan este tipo de tragedias.

Pero no quedan ahí las hazañas de Teresa Ribera, ministra que aboga en Europa por la energía nuclear, considerada ya verde, mientras en España paraliza las centrales que aún podrían suministrar energía barata para nuestras necesidades.

Una pregunta: ¿De verdad que el PP, va a dar su voto para hacerla Comisaria Europea?

- 3. El ministro de Interior. 

- 4. La ministra de Defensa que llegó a declarar que el Ejército no estaba para esas cosas: ah, no, pues si no está para esas cosas, ¿cómo es que envió a nuestros militares inmediatamente de producirse el terremoto de Marruecos?

- 5. El presidente de la Comunidad Valenciana tendrá que responder igualmente por su incapacidad manifiesta.

- 6. El de Castilla la Mancha con varios muertos, también. 

Tanta mentira, tanto cálculo político para tratar de hundir al contrario sin importar las vidas y el dolor, merecen un estudio detallado y la asunción de responsabilidades.

Causa asombro ver ahora que los dos partidos principales hablan de posponer las responsabilidades políticas. 

Pero, posponerlas, ¿hasta cuándo? Qué falta tan absoluta de empatía.

Unos políticos inútiles en la tragedia cuando ocurre. No están ni obran para lo que son elegidos: servir a los españoles administrando los recursos que ponemos a su disposición. 

Hace falta que surja un líder similar a alguno de estos: Melony, Nayib Bukele, Milei, Trump… si no es así, nos esperan aún años de decadencia. 

Y, mientras tanto, en el PP siguen sin enterarse de dónde sopla el viento.

¿Saben cómo estarían las sedes de ese partido ahora mismo si ellos gobernaran y hubieran obrado de la misma manera? Estarían siendo rodeadas, apedreadas y algunas ardiendo. 

En su visita a las zonas afectadas, el Gran Felón, en su cobardía legendaria, en su vileza nauseabunda, quiso escudarse tras los Reyes.

Ya vimos lo que ocurrió: la rata huyo como lo que es. Tuvo que salir protegido por sus escoltas porque la ciudadanía, una vez más, le ha mostrado su aborrecimiento. 

Por mucha propaganda que se haga, por muchos plumillas que le bailen el agua y se humillen vergonzosamente ante sus cacicadas y traiciones, por muchas entrevistas masaje, no se olvidan sus modos de traidor. 

Y, qué espectáculo posterior: la Moncloa es la mayor fábrica de bulos de nuestra historia.

Cualquiera que les lleve la contraria inmediatamente es calificado como facha, o perteneciente a organizaciones de extrema derecha. 

Los informes de la Guardia Civil han desmontado y desmentido ese bulo tremendo.

La realidad es que ha sido el pueblo el que se le ha echado encima, pero la venganza del miserable no se ha hecho esperar, seguramente, van a ser llevados ante la Audiencia Nacional.

Desde el bulo del culo, pasando por las balas de Marlaska y siguiendo por la navajita de Reyes Maroto, no habíamos visto tanta mentira, intoxicación y desprecio por la verdad, como ha sido la de calificar y acusar con tanta insidia a ciudadanos corrientes. 

El socialismo actúa así: como talibán en lo político y, como consecuencia de esto, se convierte en el verdugo inmisericorde de la ciudadanía a quien dice beneficiar.

Para terminar quisiera destacar tres cosas: 

- La cobardía del Gran Felón, que huyó despavorido en su visita al lugar del desastre.

- La solidaridad inconmensurable de la ciudadanía.

- Y la presencia serena, valiente y de absoluta responsabilidad del Rey de España.



Comentarios

Chapaylu ha dicho que…
Gracias nuevamente por su artículo señor Eneas. Solo tengo una pregunta sobre el tema de de su articulo:¿existe algúna posibilidad de que estos canallas responsables de tantos muertos acaben con sus huesos en la cárcel?. Desde mi punto de vista una forma de comenzar a solucionar desastres posteriores, empezaría por dar una respuesta ejemplar a los responsables.
Julio Rivera ha dicho que…
Acertado análisis de una tragedia todavía en curso. Mi esperanza no está en la llegada de un héroe político, sino en que se mantenga la memoria en las próximas elecciones.
Anónimo ha dicho que…
Como siempre no puedo estar más de acuerdo en todo, no sé qué tiene que pasar en este país para que despertemos. Felicidades, gran artículo
Anónimo ha dicho que…
COMO SIEMPRE, ACERTADÍSIMO!! TENGO LA IMPRESIÓN QUE EL PP, APOYARÁ EL NOMBRAMIENTO DE TERESA RIBERA. Y ESTE PAÍS SEGUIRÁ EN LAS MISMAS MANOS. O LOS ESPAÑOLES ESPABILAMOS, O, SE TERMINARÁ COMO EN LOS PAISES COMUNISTAS.

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