EL ENEMIGO PÚBLICO NÚMERO UNO.

Vivimos en un sobresalto permanente desde hace ya varios años. Desde el mismo momento en que el Gran Felón se puso al frente del Gobierno.

Sánchez, lleva camino de convertirse en nuestra peor pesadilla si esa malhadada Ley de Amnistía se pone en marcha. 

Una Ley que destruiría la convivencia y la igualdad, que pondría fin a nuestro Estado de derecho y, que, al contrario de lo que predican vanamente sus ecos mediáticos, no serviría para aplacar a un nacionalismo crecido, racista y egoísta hasta el delirio. 

Todo lo contrario, sería el comienzo del fin de España tal y como la conocemos actualmente. 

Nadie duda que cederá ante el referéndum de independencia, al cupo catalán y a cuantas bicocas, chollos o desafueros pidan los golpistas hoy, protegidos por la ausencia de leyes: malversación, sedición y rebelión desaparecidos o atenuados.

Pero no nos olvidemos de las Vascongadas donde Bildu y PNV habiendo tomando nota previamente, exigirán el mismo trato otorgado a Cataluña y que éste les concederá para seguir en la Moncloa. 

El chantaje entrará en un nuevo capítulo de cesiones, humillaciones y desgarros sociales. 

Por supuesto, entre sus exigencias inmediatas estará también el de un referéndum de independencia y la anexión de Navarra.

Nadie había hecho tanto daño a nuestro Estado de derecho; nadie había tratado de volar el sistema constitucional desde dentro; nadie había parasitado tribunales y organismos para meternos en una dictadura sin contrapesos ni frenos al poder político; nadie había dinamitado nuestra organización territorial de tal manera dando alas a los golpistas; nunca había habido un clima de enfrentamiento civil como el que este dictador está propiciando.

Por todos estos hechos graves y liquidadores de nuestra Nación y de su integridad territorial; por los casos clamorosos de corrupción, nepotismo brutal y descarado que cercan a socialistas cercanos al Ejecutivo, el Gran Felón se ha convertido en el PELIGRO PÚBLICO NÚMERO UNO de nuestra maltratada democracia.

Si ha sido capaz de cometer hasta ahora las mayores vilezas de nuestra más reciente historia, no dudará en llevarnos al abismo – llegado el caso - si sus intereses personales o los de su familia se ven en la cuerda floja, ya que, no se puede olvidar que estamos ante un personaje sin ética, sin moral; ante un psicópata sin conciencia, escrúpulos ni remordimientos.

El continuo goteo de casos donde la "Reina de África" es protagonista principal: Globalia, Air Europa, Embajada de Ghana, etc., con líos y manejos no precisamente limpios y claros, le tienen descompuesto. 

Y, ¿qué se le ocurre para descargar la presión por esos asuntos, reveladores de que estamos ante un conglomerado inmenso en la descomposición del régimen sanchista envilecido en mordidas y engaños? 

Lo de siempre que, por repetitivo no deja de asombrar, aunque se haya convertido ya en una maniobra mendaz y burda. 

Este estilo, el de la mentira endémica y la calumnia permanente ha creado un “modus operandi” en el Ejecutivo. 

Vemos sin asombro cómo ministros y parlamentarios socialistas, imitando al Felón, mienten sin decoro alguno en asuntos graves, concretos y decisivos. 

¿Hasta dónde pueden llegar en sus maquinaciones? Es difícil saberlo. 

Cuando no hay trabas en la conducta humana y el fin justifica los medios, cualquier acción es válida si con ésta se llegan a conseguir determinados propósitos.

Entre los más inmediatos está el de crear un muro que oculte y deje fuera de los titulares de la prensa y de los telediarios a Koldo, Aldama, Ávalos, Hidalgo, etc., y, cómo no, a los vuelos secretos del Falcon. 

¿Cuántos han sido con Begoña Gómez incluida a la República Dominicana?

Lugar que se ha convertido en la Isla del Tesoro de socialistas y allegados.

El método consiste en formar todo el ruido mediático posible para generar dudas y confusión.

El miente que algo queda, es una de sus estrategias.

 Uno de sus objetivos recurrentes, para desviar la atención, cómo no, es Díaz Ayuso, porque Franco ya dio de sí bastante.

La intensidad de la campaña contra la Presidencia de la Comunidad de Madrid, será directamente proporcional a lo cerca que se encuentre Begoña de ser imputada.

No defraudan, a todo esto se unen: envidia, resentimiento y una furia mal contenida que brota como un geiser desbocado a poco que se escarbe.

No perdonan los fracasos e innumerables revolcones que, tanto el Gran Felón como el fracasado Marqués de Galapagar, sufrieron en las últimas elecciones en la Comunidad de Madrid. 

Afortunadamente vemos a tribunales independientes que aún están ahí, siguen denunciando los abusos y maniobras antidemocráticas que vivimos. 

Si no fuera así, las hordas sometidas a la izquierda nos alejarían de la democracia constitucional que un día nos hizo una de las naciones más prósperas de Europa.

Pero llegó el 11-M y el infausto Zapatero echó por la borda, sirviendo intereses ajenos, todo lo que había costado tanto trabajo. 

Desde ese mismo momento el socialismo, en su versión más totalitaria, solamente tuvo un plan: excluir a la derecha del juego democrático del poder; excluir a más de la mitad de españoles; echarnos al otro lado de ese muro que se atrevió a levantar en una de sus funestas alocuciones.

Ya han manifestado su preocupación por la deriva anticonstitucional actual: Colegio de Abogados, jueces, inspectores de Hacienda, asociaciones de fiscales, letrados del Senado y Congreso, y un largo etc. 

Al igual que hay que destacar la colaboración con el desgobierno, por omisión, de otras instituciones de las que los españoles de a pie esperábamos algo más que silencio.

Para terminar hay una pregunta que brota sola ¿Cómo es posible que tantos ciudadanos, aún a día de hoy y, visto lo visto, sigan empeñados en dar su voto a este partido que, en su historia, larga y siniestra, ha demostrado que sólo ha traído a España luto, dolor, ruina, corrupción sin límites y desgracias sin cuento?

Inexplicable, absurdo e increíble.