Los gobiernos democráticamente elegidos por los ciudadanos se supone que están para eliminar los obstáculos que entorpezcan, perjudiquen e inhiban la libertad y el bienestar de sus electores.
Éste, desde el mismo instante en que llegó al poder, obra absolutamente en dirección contraria.
Entonces, ¿cómo describir al presidente, sus políticas disolventes y a la recua que nos mal gobierna?
Sin duda estamos instalados en una autocracia personal y antidemocrática. No hay medida, decreto, norma o ley que publique este Gobierno de impresentables que no se estrelle contra la legalidad, sea un insulto a la inteligencia, se burle del Código Penal, no perjudique a la ciudadanía en su conjunto, al Estado en general y, además, lastre para muchos años el devenir económico de la nación.
Para tratar de ocultar estos dislates permanentes se ha rodeado de un aparato de propaganda monumental, costosísimo, fiel hasta la náusea y a las consignas ruinosas y totalitarias de la Agenda 2030.
Es un hecho concreto, no es una opinión, que la mentira y el desdecirse de forma permanente y sin rubor alguno, forman el núcleo principal de sus actos.
La mayor parte de las noticias y conclusiones que se publican a diario sobre determinados casos de actualidad política en España son mentira, corrupción, o ambas cosas.
Las cifras de las encuestas referentes a intención ciudadana de voto, paro, economía, PIB, inflación, deuda, déficit o inversiones, son ficticias o maquilladas de forma vergonzosa.
Vivimos una cadena de engaños, opacidades, falsificaciones, cortinas de humo permanentes, desinformaciones y fraudes de ley que pretenden esconder la realidad cotidiana del desastre en el que estamos inmersos.
La manipulación descarada de noticias y sucesos es la norma y está al albur del capricho del psicópata, que se ha propuesto que los españoles vivamos en un país donde se nos quiere retrotraer a tiempos pasados, en los que división, debilidad y enfrentamientos fueron continuos.
Las leyes y la desigualdad rotunda de los españoles ante las mismas - la amnistía es el buque insignia que acaba de forma rotunda con nuestra democracia - es palmaria, encontrándonos los ciudadanos absolutamente indefensos, pues todo depende de la conveniencia política del momento - siete votos - por mucho que traten de mantener las apariencias.
Ante esta inseguridad jurídica, el disparatado plan de recaudación de impuestos y la demonización de empresarios y empresas, muchas han tenido que cerrar, algunas han optado por marcharse y otras barajan seriamente esa posibilidad.
Las consecuencias inmediatas producidas por esta política demente, nociva y ruinosa, ha sido el retraimiento de inversiones exteriores que se frenan y caen escandalosamente.
Observamos sorprendidos cómo el Tribunal Constitucional se ha erigido además en: “Tribunal Supremo Plus”, anulando y revocando aquellas sentencias del Tribunal Supremo que estén en contra de los deseos, intereses particulares y órdenes del tiranuelo monclovita.
La pretendida tranquilidad social que proclaman, cambiando leyes para hacerlas a la medida de los delincuentes y cediendo a todas las peticiones de la extorsión mafiosa de los golpistas catalanes es falsa, humillante, y provocarán el efecto contrario a la paz social que pregonan.
La autocensura de los ciudadanos crece, y el miedo a expresarse en público y con libertad sobre determinados asuntos son patentes.
El temor a la estigmatización, si se mantiene una postura opuesta al credo progre, es cada día más asfixiante.
Una nación cuyas fronteras parece que no existen, porque la inmigración ilegal no se controla y se opta por amontonar y trasladar seres humanos de un lado a otro, sin ningún plan preestablecido, ofrece un espectáculo cruel, lamentable y vergonzoso.
Por si todo esto fuera poco, politiquillos del tres al cuarto aprovechan el pozo donde han hundido nuestra democracia para acaparar nombramientos en los consejos de administración de muchas empresas, y en direcciones burocráticas de la UE.
En ambos casos disfrutan de unas nóminas y pluses como jamás soñaron en sus vidas.
El plan de trocear a España en nacioncitas insignificantes, débiles, manejables y dóciles ante las potencias extranjeras sigue adelante, es algo a lo que la izquierda española, desde siempre, se ha plegado con entusiasmo haciendo el juego descaradamente a nuestros enemigos seculares.
Maniobra perfecta que les beneficiará al repercutir inexorablemente en Hispanoamérica, anulando así el referente español que aún se conserva en muchas de esas naciones hermanas.
Habrá que preguntarse ¿Cómo hemos llegado hasta aquí?
Seguramente, porque ni la oposición ni los ciudadanos hemos sabido frenar este viaje hacia la ruina y al uso descaradamente totalitario y sectario - hasta la médula - de leyes e instituciones.
Sufrimos una oposición más pendiente de sus egoismos personales que del enemigo común que vive en la Moncloa.
Los ciudadanos vemos con desesperación que está dividida, sin unificar sus fuerzas y al parecer de momento irreconciliable que, en vez de combatir por todos los medios democráticos disponibles al espantajo que nos destruye, se enfrenta entre sí, olvidando que el enemigo público número uno de los españoles no es otro que un falsificador de doctorados, un tal Antonio.
Para terminar este post es bueno recordar que, una de las causas por las que aún a día de hoy se hace posible que un tirano despreciable como Maduro siga ahí, es porque ha logrado mantenerla dividida y enfrentada.
¿Tomarán nota alguna vez los líderes de la derecha?
Comentarios
Nada más lejos de la realidad.
La política se ha convertido en un prostíbulo sin moral ni pudor.
No existen los salvapatrias, sólo los ciudadanos, hartos de que nos mientan unos, y se les caigan las caretas a otros, podremos echarlos a todos ellos y empezar a crear una nueva sociedad partiendo de cero.
Pero sí se puede ir poco a poco, con la propaganda y los numerosos medios de comunicación acólitos avanzar hacia un partido cuasi único que se perpetúe en el poder, al estilo de lo que fue el PRI mejicano.
Ése es el peligro. No cejarán en la mentira, en la manipulación ni en la cesión a los enemigos de España con tal de conservar el poder.
Y bien dices; si la situación se prolonga será por culpa de la oposición, sobre todo del partido mayoritario que a veces parece que lo único que aspira es a no dar mucha guerra para luego heredar, en un ejercicio incomprensible del turnismo que le puede costar muy caro.
Un saludo.
cruda realidad. Muchas gracias!! REME
HEMOS LLEGADO A UN PUNTO, EN EL QUE NO TE PUEDES FIAR DE NADIE. NI DE EUROPA, NI DE LA ONU, NI TRIBUNAL DE LA HAYA, NI O.M.S. ETC. TODO ESTÁ GOBERNADO POR LOS MISMOS.
LOS PARTIDOS POLÍTICOS (ALGUNOS ILEGALES, O DEBERÍAN SERLO) SE ENGAÑAN UNOS A OTROS MISERABLEMENTE. NO HAY NINGUNA VOLUNTAD DE LLEGAR A NINGÚN LUGAR.
QUE QUEDA? PUES CREO QUE SOMOS MAYORES PARA TOMAR DECISIONES Y/O APOYAR CIERTAS MEDIDAS. UN FUERTE ABRAZO Y, NO DECAIGAS!!!
Totalmente de acuerdo con lo expuesto en tu artículo. Pedro Sánchez ha demostrado ser un alumno aventajado a la hora de aprender estrategias que le permitan transitar de la democracia a la autocracia con el apoyo de millones de ciudadanos.
Mucho hablamos de la influencia de los autócratas latinoamericanos, vía Zapatero, Monedero.. Sin embargo, quizá debiéramos fijarnos también en la influencia que ha tenido el independentismo catalán, vía PSC, la marca blanca del independentismo.
De los independentistas catalanes, Pedro Sánchez aprendió a dividir a los ciudadanos en buenos (los que le apoyan directa o indirectamente, los 'progres') y malos (todos los demás, los 'fachas'); a señalar y estigmatizar a los 'fachas'.
También aprendió a ocupar instituciones y medios de comunicación y, cómo no, a desviar cientos de millones de euros para crear una red clientelar que le garantice una bolsa de votos que le permita ocupar el Ejecutivo, aunque no tenga el apoyo mayoritario de los electores. Finalmente, también ha aprendido a violentar la democracia: los separatistas persiguen la secesión de España y Sánchez persigue la supresión del poder judicial y del poder legislativo para materializar su régimen autocrático: el Sanchismo.
¿La solución? No la sé. Seguro que es compleja y difícil. Sin embargo, estoy convencido de que los 'fachas' tenemos mucho que decir y hacer. Escribir como lo haces tú, sin duda, ayuda a frenar al dictador.
Un abrazo.
Vivimos en una democracia formal que es una autocracia real.