HISPANOAMÉRICA SUMIDA EN EL MARXISMO.

No hay momento en el que no veamos con asombro cómo el marxismo, el indigenismo y la globalización perversa que patrocinan la Cooperativa del Mal en sus distintas versiones alcanza, hunde en la miseria y en el caos social a más naciones hispanoamericanas.

Las olas de agitación, perfectamente coordinadas que sacuden esos países, guardan cierta semejanza con lo que estamos viviendo hoy en España. El trasfondo es el mismo.

Ni interesa a esos poderes una Hispanoamérica en paz y progreso, ni una España similar y parecida a la que vivíamos en 2004, truncada vilmente y aún no suficientemente explicada.

 

Desde el mismo momento en que consiguieron su independencia la historia ha sido manipulada por la larga mano de anglosajones y demás enemigos históricos de España.

No han logrado levantar cabeza lo cual no es muy difícil de explicar. Los motivos son sencillos y tienen su origen e inicio en la alianza perversa, paciente y nociva, donde han confluido los intereses de Reino Unido, sin olvidar los del Imperialismo USA, a los que se sumó el comunismo cubano y el de la URSS, hoy representado por Putin y las alianzas con Irán.

Todo ello ha dado origen a las metástasis cancerosas que vemos se extienden por esas naciones.

Jamás han admitido que no pudieron derrotar a España militarmente y que fracasaron en esa estrategia. 

Con el fin de paliar estos fiascos, optaron por lo que había puesto en marcha, en su momento, Guillermo de Orange en las Provincias Unidas de los Países Bajos, una campaña de propaganda masiva y sin descanso donde la leyenda negra ocupaba un puesto destacado.

Por supuesto hay que subrayar también las torpezas que en su día cometió la monarquía borbónica representada en la persona de Fernando VII, cuando esas naciones hermanas iniciaban los primeros conatos de rebeldía. 

No hay que olvidar que la verdadera intención era el deseo de organizarse en forma de confederación Hispánica.

Confederación que abarcaría desde Río Grande a la Tierra de Fuego. Algo que chocó frontalmente con la postura intransigente, torpe y ciega del rey Felón.

A día de hoy, quedan dudas a favor de quién trabajó este nefasto personaje al que los españoles le importaban más bien poco. 

Si además de la corte, se contaba con un ejército y una nobleza copadas por lo más florido de la francmasonería, tenemos el cóctel perfecto para el desastre y aumentan así las incertidumbres.

Entre esas conspiraciones – en América y en España – perfectamente coordinadas, hay que destacar el fracaso del envío de tropas de auxilio a los indígenas criollos y españoles que hacían frente a las turbonadas revolucionarias en América.

El teniente coronel Riego – masón reconocido – camino de Cádiz con la misión de embarcar varios miles de soldados hacia América, llegando a Las Cabezas de San Juan y siguiendo un plan previsto abortó tal misión.

Estos movimientos de independencia estaban dirigidos y liderados por verdaderos y auténticos hijos de papá; criollos, cuya posición económica les había permitido estudios universitarios, viajes a Europa y estancias prolongadas en Reino Unido, desde donde volvieron ya sometidos a la obediencia de sus logias.

Bolívar es el ejemplo más claro. Se rodeó de asesores, banqueros, embajadores y consejeros extranjeros.

 

Consciente de la inferioridad numérica de sus fuerzas y de la impopularidad de su movimiento, planificado y financiado desde el exterior, fue auxiliado por la llamada Legión Británica, ejército compuesto por más de seis mil soldados, convirtiéndose Inglaterra en el principal apoyo militar, político, diplomático y financiero, así como el fundamental proveedor de material bélico para los rebeldes. 

En el virreinato de Nueva Granada, que en la actualidad comprenden las naciones de Colombia, Venezuela, Ecuador, Panamá y Guyana, el general indio Agustín Agualongo lideraba las tropas formadas por indios guajiros, mestizos, algunos criollos y por las clases sociales más populares venezolanas. 

Lucharon contra Bolívar e hicieron frente a ese ejército británico. Derrotado, su nombre se borró, como tantos otros, de los libros que explican la Historia.

Es muy curioso y llamativo que, a día de hoy, nada se sabe de la lealtad heroica que la mayoría de los nativos profesaron a la Corona Española.

 

Tan sólo decir que, después de la independencia y, por esa misma lealtad, fueron ejecutados miles de ellos por los ejércitos republicanos de Venezuela y Colombia.

Unas naciones que, como sabemos, disfrutaban de unos niveles económicos, de educación y autonomía política como jamás las han vuelto a tener. 

Ahí están hoy como muestra la cantidad de hospitales, universidades y colegios donde estudiaban y se formaban a la par indígenas, negros y criollos.

Un ejemplo fue el Colegio Imperial de la Santa Cruz de Santiago de Tlatelolco, primera institución de educación superior que se fundaba en América en el que estudiaban alumnos para después pasar a la universidad. 

Curiosamente estaba destinada no a los hijos de españoles, sino de indígenas, negros y mestizos. 

Hoy se usa y se está utilizando el indigenismo para dividir y atomizar esos países, subdividiéndolos en repúblicas y republiquitas: mapuches, aimaras, rapa nui, quechua, etc. 

Han sembrado cizaña y la riegan con abundancia de asesores e ingentes recursos financieros. Además del populismo engañoso y podrido que emplean en sus trucos revolucionarios.

El más usado ahora  – como en España –  para fomentar la división y el enfrentamiento, ha sido inventar naciones bajo diferentes lenguas nativas.

Aquí vemos la misma estrategia, si no existen se inventan sobre la marcha.

 

Dialectos rurales y elementalísimos se han consagrado como idiomas, y otros, que no dejan de ser hablas rurales con sus particularidades, buscan artificialmente el mismo reconocimiento.

Esas maniobras se completan con la infiltración de tribunales y constituciones por políticos del mismo signo. 

Lo hemos visto en Venezuela, Chile, Nicaragua etc., y lo estamos viviendo en España. 

La idea es cambiar las constituciones y, si no se puede hacer por carecer de quórum suficiente, se decretan leyes habilitantes al mejor estilo nazi para hacerlo de espaldas al pueblo, cosa que ya perpetró en su día Hugo Chávez.

A la vez no se deja de preparar el terreno fomentando rivalidades sociales e institucionales que incluyen principalmente el enfrentamiento de sexos; falseando y calumniando a continuación otras actividades: caza, ganadería, agricultura, pesca, etc.

Todo obedece a un plan en el que el culto a la muerte y a todo lo que suponga merma de seres humanos: aborto, eutanasia y destrucción de la célula social como es la familia, constituyen sus objetivos principales.

Es hora de que los pueblos hispánicos, incluyendo por supuesto los españoles europeos, vayamos tomando conciencia de la verdad pasada y nos despojemos del lastre de infamias, mentiras, fraudes y patrañas de la leyenda negra.

 

Calumnias a las que la izquierda española, desde siempre, se ha apuntado y se ha apunta con entusiasmo, teledirigida cómo no, por la Cooperativa del Mal.

Afortunadamente vemos que cada día hay más historiadores, escritores, investigadores y creadores de opinión – una verdadera pléyade – los que, desde universidades, libros, conferencias, artículos de prensa y coloquios, escriben e informan de la verdad de lo que ocurrió y está ocurriendo.

La contundente victoria de Milei en Argentina ha encendido una luz de esperanza, aunque la nación está sumida en un marasmo económico y social muy graves.

No puede haber tregua, hay que continuar informando de las vilezas que han patrocinado y siguen perpetrando nuestros enemigos seculares.

Es nuestra responsabilidad, seguro que cada día muchos más recogerán el testigo y se unirán para sacar a la luz la manipulación masiva y sin descanso, que dura ya siglos, habida con la pantalla podrida de la leyenda negra. 

Va siendo hora.