CORRUPCIÓN Y SOSPECHA DE PUCHERAZO .

 

El Fake monclovita sigue ahondando por su necedad, soberbia mal fingida y falsedad recurrente, la distancia entre él y el resto de ciudadanos.

Hoy, el PSOE se ha transformado en un tumulto donde todos manotean vivamente. Gran parte del partido se ha convertido en un enorme patio de Monipodio, donde son muchos los que traman cómo sacar suculentos bocados de gestiones dudosas; otros los que lo van logrando y, tan sólo unos pocos, los descubiertos en sus fechorías. 

Las últimas noticias sobre la posible corrupción del PSOE de Castilla La Mancha de Page corroboran este argumento.   

Son tantos los casos y tan abundantes, que amenazan con romper las barreras y silencios que se imponen muchos medios de comunicación; medios que, sin embargo, no tienen más remedio que abrir de vez en cuando las compuertas y soltar por el aliviadero algunos de ellos.

Con ser este asunto muy preocupante por su extensión e importancia, no es menor la intranquilidad, en gran parte del electorado, ante el temor de fraude en los comicios próximos. 

La verdad es que el asunto de los últimos movimientos habidos en Indra generan una lógica preocupación y no es para menos, dados los antecedentes de falsificación y fraude que han presidido siempre la vida del indigente intelectual que habita en la Moncloa: doctorado fraudulento, y el caso bochornoso de las papeletas piratas que quiso colar en una urna cuando se presentó a las elecciones para secretario general del PSOE. 

Por si todo esto no fuera suficiente para estar alerta, informaciones aparecidas en estos días señalan que de forma inaudita y sin motivo aparente, aumentan los empadronamientos en determinados lugares, otorgando la nacionalidad, sin demasiados requisitos, a los inmigrantes que la solicitan.

Todo esto ha despertado una intranquilidad mayúscula en la Junta Electoral Central y en los ciudadanos.

La Junta Electoral investiga altas injustificadas en el censo de medio centenar de municipios pequeños. 

Sin lugar a dudas el Fake monclovita se ha ganado a pulso su falta absoluta de credibilidad, ya da igual lo que diga y a la hora que lo haga, tan sólo se esperan de él engaños, dislates, argucias y siempre un daño irreparable y permanente a las instituciones que, hasta hace nada han estado ahí para salvaguardar, bien que mal, nuestras libertades, pero que ahora hacen agua de forma escandalosa.

En su camino errático, que depende del momento en que la situación se encuentre, lo mismo pide a los empresarios que no ganen dinero, que otras en los que el populismo y la demagogia se le han subido a la cabeza de forma descontrolada y habla de confiscarles las ganancias.

Dada la soberbia desmedida de este espécimen no es consciente de los apoyos verdaderos que tiene en el electorado, incluso dentro de su propio partido. Habrá que recordar, a propósito de este asunto que, en las dos últimas Elecciones Generales, Antonio ha batido el récord de los peores resultados históricos del PSOE.

Sin embargo, el panorama se está complicando para la libertad aunque el PSOE perdiera las elecciones. Si es así y estando éste en la oposición, caso de desacuerdo con alguna de las medidas que tome el nuevo Ejecutivo, ésta seguramente será llevada hasta el T. Constitucional, dónde, oh milagro, se encuentra Conde Pumpido que, como portero imbatible pararía el caso y la izquierda ganaría el pulso.

No lo digo de oído, pasó ya en tiempos de ZP. El Constitucional dio vía libre a la participación del BILDU en las elecciones del 22 de mayo de 2011, en contra de lo fallado por el Tribunal Supremo que, hasta entonces era el último escalón judicial.  

Al mismo tiempo contemplamos actualmente una estrategia muy agresiva para que caiga en manos de las fuerzas regresistas - ellos dicen progresistas - el Consejo General del Poder Judicial. De lograrlo, y van camino de ello, tan sólo quedará por invadir - de todos los organismos decisivos - el Banco de España, cuyo director, hoy por hoy, se encuentra en la cuerda floja.

Estos de gestionar no tendrán ni idea, pero dominan a la perfección la propaganda y cualquier atajo, por muy dudoso que sea, para conseguir sus fines.

Llegado el caso y si perdieran las elecciones, han dejado todas las instituciones llenas de campos de minas, desactivarlas será una tarea larga y complicada.  

 

El estado de corrupción sistémico que nos aplasta es cada hora que pasa más escandaloso, sin embargo, no quiero terminar sin referirme de forma muy concisa a la moción de censura. Ésa que trajo un soplo de aire fresco al hemiciclo, tomado desde hace demasiado tiempo por la ramplonería más hiriente y por la chabacanería más grosera.

Tal moción puede afirmarse que ha constituido un fracaso rotundo para este desgobierno. La prueba concluyente está en que ha tratado, por todos los medios, de velar lo ocurrido echando paletadas de silencio, ordenando a sus peones de brega - prensa y medios comprados - no hablar para nada del acontecimiento y sepultarlo en la sima del olvido. 

Ésa ha sido la mejor señal para saber que les ha hecho daño, y que no ha transcurrido, en absoluto, según sus previsiones. Al Fake monclovita se le han cantado algunas verdades. En esta ocasión no ha podido mostrar sus gestos de macarra de bolera o de psicópata sin control, porque no iban a ser tolerados, seguramente, por el candidato.

Ha sido grandioso ver cómo desentonaba “La Chata”, líder de ese nuevo engendro de: “comamos”, “durmamos”, “sumamos”, o no sé qué.

¿Y qué me dicen del tal Pachi? La oposición debería de solicitar la intervención diaria de estos dos “lumbreras”, restan votos a la izquierda de forma admirable.  

Desde luego, otra cosa que ha quedado demostrada y palpablemente clara ha sido la diferencia de formación y categoría del candidato, comparándolo con el coro de gañanes y desharrapados intelectuales que hay que soportar cada vez que vemos algún debate parlamentario. 

Y, para terminar dos apuntes, primero, la nota inusitada que dio la ínclita Irene Montero. Ninguneada, despreciada y silenciada por el Ejecutivo, se dedicó en plena sesión a mordisquear y engullir frutos secos.

Lo de esta señora no tiene paragón en la historia del Congreso; su estado de ánimo oscila siempre entre la histeria crónica y la lágrima iracunda. En esta ocasión ha mostrado, además, una falta de clase tan irrespetuosa que abruma, amén de un desprecio impropio al lugar y a la soberanía nacional. De seguir transitando por ese camino, cualquier día la veremos sacar un bocadillo y engullirlo tranquilamente durante una sesión.  

Segundo, quédense con esta imagen tan expresiva y que delata muchas cosas: el Fake monclovita remató la faena mostrando esa falta de saber estar con un gesto absolutamente increíble; este zote atildado tuvo la desfachatez, estando en la tribuna de oradores, de consultar el móvil – de sus pecados - sin inmutarse, tal es su condición de trastornado y aturdido cuando los caminos se le tuercen y le pillan absolutamente desprevenido, fuera de juego y sin saber qué decir. 

Ante estas dos increíbles hazañas resalta la inacción sectaria de la Presidencia que, según quién sea el infractor, llama con viveza e inmediatamente al orden, o hace el Don Tancredo, como en estas dos ocasiones. Un sectarismo injusto y despótico al que nos tiene acostumbrados. 

Quizás haya ya sesudos tratados de psiquiatría y sociología donde se hayan clasificado la megalomanía y las alteraciones psíquicas de este insufrible cínico. No sé qué habrá pasado con aquella serie televisiva que nos prometían de sus andanzas. Sin duda, los guionistas habrían inventado unas circunstancias totalmente artificiales para lucimiento de este perdulario mental.

Decir que a este pájaro no le importan en absoluto la ética ni la moral, y no digamos la recta conciencia en el ejercicio de sus funciones, es perder el tiempo por ser del dominio público. Un ser desprovisto de sensibilidad y de sentimientos. Lo único que le interesa es estar ahí para disfrutar de las canonjías, prebendas y privilegios que ya le han otorgado su cargo, y comprarse otro internacional con nuestros impuestos.