Vivimos tiempos de sobresaltos, recorte de libertades
y de un relativismo moral como antes nunca habíamos visto, de seguir así,
caminamos hacia un caos inevitable y programado.
Para conseguir las metas de difuminación de la familia
y demás soportes sociales que les estorban a sus fines, el grueso de la
progrez, expertos en ingeniería social desde hace muchos años, siguen poniendo
en práctica métodos utilizados y perfeccionados desde los años 60.
De ese asunto el inefable instituto Tavistock sabe
mucho: desde la ideología hippie, con el uso vigilado – sí vigilado - y estudio
también clasificado de los efectos del cannabis y del LSD en la población y en
la conducta humana; hasta la explosión “espontánea” del “Mayo Francés”.
En su momento estos movimientos disolventes,
contraculturales, libertarios, “pacifistas” y, en contra de la concepción del
mundo occidental, hicieron una labor social de zapa que todavía hoy perdura,
sirvieron como conejillos de indias a los laboratorios de ingeniería
social y estos sacaron sus conclusiones, las mismas que, hoy perfeccionadas,
están utilizando y poniendo en práctica.
Estas manifestaciones más o menos teledirigidas,
fueron desactivadas poco a poco y dejadas a su suerte hasta que se consumieron
en su misma inepcia.
La infiltración, sin duda alguna, entre los agitadores
del mayo francés de agentes soviéticos, está tan clara como la que
inmediatamente surgió: los llamados “pacifistas”.
Estas bandas se oponían al despliegue en suelo europeo
de misiles de la OTAN en plena guerra fría pero, les parecía genial y callaban
como puertas, que naciones como Polonia, Checoslovaquia, Bulgaria, Hungría o Rumanía, estuvieran subyugadas, ocupadas y oprimidas por el comunismo soviético
que, de forma implacable y con bota de hierro, yugulaba violentamente cualquier
atisbo de libertad si trataban de salir de su órbita, además de constituir la
avanzadilla nuclear y armamentística del Imperio Soviético.
Hoy, es tan amplio el abanico para conseguir los fines
programados por la caterva de trabajadores en favor del Mal, que basta con
repasar y rascar superficialmente en algunos de esos movimientos: ecologistas,
feministas fanáticas, animalistas y, un conglomerado espesísimo de
las llamadas ONGs, algunas de la cuales son una simple y mera
tapadera que sirven para que sus dueños se enriquezcan - y de qué
manera - con el dolor ajeno.
En España tenemos muchísimas, pero una muy importante
ha hecho a su dueño muchimillonario, además de ser alabado, adorado y ensalzado
por toda la progrez.
En la Francia de Macrón, otro sicario de la
Cooperativa, empiezan a mostrar su patita con los últimos detalles anunciados
por su gobierno.
Uno de ellos es pretender que el aborto sea un derecho, dentro de sus promesas de democracia, progreso y paz, en la Carta de Derechos
Fundamentales de la UE; una aberración más de todo este tinglado que estamos
viendo desarrollarse a gran velocidad en los últimos tiempos.
El aborto, que es en sí un mal profundísimo para la
madre y, no digamos para el inocente sacrificado en aras de no sé qué, se
reviste de una serie de palabras y frases para ocultar su horroroso
significado. Me refiero a esas expresiones conocidas por todos, y que
pronuncian, cual letanía, cuando se les acaban los argumentos, están perdidos
en sus propios disparates, o quieren envolver y disimular un mal
conocido.
Hace tiempo que se han hecho icónicas en las bocas de
toda esta progrez: paz, democracia, progreso, diálogo, fascista, racista,
machista etc, y que están acabando por desvirtuarlas.
Claro que al final, si toda esa parafernalia puesta en
marcha no convence a un porcentaje determinado de la población, se tira por la
calle de en medio y se promulgan leyes obligando así a que el asunto en
cuestión, sea ya obligatorio y delictivo, su oposición al mismo.
Ni libertad de conciencia, ni de expresión, ni de
cátedra, y, si me apuran dentro de nada, de pensamiento.
Otra de sus propuestas, es el proyecto de penalización
brutal en los impuestos de herencias, con un gravamen superior al 90%, asesorado,
claro está, por un tal Olivier Babeau, un nuevo gurú de izquierdas, y que ha
tenido que rectificar y disimular a toda prisa por la lógica oposición con la que se ha
encontrado.
Sin embargo, este anuncio de Macron, no deja de ser un
globo sonda - como tantos otros asuntos - y una llamada de atención a los medios de comunicación afines para
que, poco a poco, vayan efectuando su labor de "normalización"y un lavado permanente de
cerebro a la sociedad, alabando las mismas, para ir consiguiendo su objetivo:
empobrecer a la clase media.
Para ello disponen de un amplio abanico de métodos y
tienen mil maneras de influir: programas televisivos concretos, desinformación
y ocultamiento con noticias adecuadamente manipuladas o retorcidas,
documentales, tertulias, artículos, entrevistas, y un largo etc., con los que no dejarán
de bombardear machaconamente y sin tregua.
Cualquier cosa les va a servir para llevar a cabo sus
tenebrosos planes, que nos convertirán, a poco que nos descuidemos, en esclavos
de una minoría mega millonaria que dispondrán a su antojo de nuestras vidas, porque
de las haciendas ya han dispuesto.
Cuando esa máquina de la propaganda globalista empieza
a rodar, es muy difícil detenerla, con otra cualidad: tienen paciencia para
conseguir sus objetivos, los cuales suelen fijarse normalmente a largo o muy
largo plazo, para el ablandamiento paulatino y correspondiente de las capas
sociales más vulnerables, y que serán perjudicadas por sus planes.
En España, y siguiendo esas órdenes de la Cooperativa
que encabeza el Foro de Davos, y cuyo lema principal es: “NO TENDRÉIS NADA Y
SERÉIS FELICES”, vemos todos los días cosas absolutamente increíbles.
De nuevo hay una pregunta que surge sola y es la
siguiente: ¿Cómo es posible que, después de esta declaración clara y rotunda de
totalitarismo en la Agenda nefasta de 2030, seamos muy pocos los que hayamos reflexionado
en lo que verdaderamente significa esa sentencia?
Ha dejado de ser un lema para convertirse en una meta que, de cumplirse, nos arrojaría a la más negra distopía, al esclavismo
consentido, a retroceder socialmente y meternos de coz y hoz, en un mundo
medieval donde seríamos tratados de la forma más inhumana que podríamos
imaginar, eso es ni más ni menos lo que llaman sin ocultar nada “The Great
Reset” o “Reseteo Mundial”.
Ya lo dijo la
inefable ex ministra de educación: “los hijos no pertenecen a los padres”, queda
así meridianamente clara la consigna del Foro de Davos, nos despojarán de todo, incluidos nuestros niños.
Cuidado, porque
todo lo que manifiesta el actual sicariato del Mal, no es casual, observen que
muchas cosas comienzan encajar, sólo hay que recordar la entrevista concedida a
un medio inglés por el inefable ministro Garzón.
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