BALUARTES DEMOCRÁTICOS.

Desde que el socialismo en la etapa del nefasto ZP llegó al poder en España, ha tratado por todos los medios de resucitar el guerracivilismo. Aquellos planes por los que Largo Caballero arrastró a la sociedad de la época a una guerra civil. 

Conflicto que comenzó mucho antes con la matanza indiscriminada de ciudadanos, pertenecientes bien a la oposición, al clero o a los fieles.

Con la llegada del Gran Felón, personaje que nunca jamás ha ganado unas elecciones, las técnicas para extender el enfrentamiento social y neutralizar las instituciones que sirven para equilibrar y contrapesar la democracia, se incrementaron como parte fundamental de los objetivos de este perdulario y nocivo Ejecutivo. 

Para mayor escarnio se alío con los enemigos seculares de la democracia y unidad españolas: golpistas catalanes y proterroristas vascos, amén de núcleos indeseables de comunistas de todo a cien que, de vez en cuando, le han hecho cobertura. 

Como enemigos a batir para llevar a cabo sus planes totalitarios, se encuentran entre los primeros la Constitución. Carta Magna que nos dimos por mayoría abrumadora y democráticamente todos los españoles. Curiosamente en Cataluña se registró el mayor número de síes, llegando al 90%.

Pretenden vaciar de facto aquellos artículos y apartados que se oponen a sus planes, amén de dar el visto bueno de aquellas leyes de dudosa legalidad recurridas ante esa instancia.  

Como protagonista central de esta maniobra está el inefable Pumpido, viejo conocido que ya en tiempos de ZP, actuando como Fiscal General del Estado, declaró aquello de: “mancharse las togas con el polvo del camino”, porque decir con la sangre de las víctimas de la ETA, le pareció demasiado crudo. 

El último ejemplo vergonzoso lo hemos visto con la anulación de las sentencias del mayor robo, probado y condenado por diversas instancias judiciales, del caso de los ERES.

A continuación, siguen por este orden: Monarquía; prensa independiente no pervertida aún por el social-comunismo; jueces no adscritos e instituciones siempre leales a las leyes: FFCCSE, en las que la UCO está teniendo un papel destacado, y algunos sectores de las FAS.   

MONARQUÍA.- Obedece todo a un plan complejo y largo. Ha empezado con ataques soterrados contra la institución tratando de ningunearla y menospreciarla. 

Los celos enfermizos del Gran Felón a la figura del Rey son palpables y continuos, más ahora cuando el prestigio y aceptación popular de Felipe VI y de la familia real están en su mejor momento. 

PODER JUDICIAL.- La lucha de deslegitimación del sistema actual de elección de los jueces, precedido de bulos y mentiras descaradas respecto a su estructura y procedencia, no ha hecho nada más que comenzar. 

Falsedades que no resisten un análisis sereno y neutral de la composición de los mismos. Para remediarlo proponen una alternativa al sistema arrinconando la promoción y provisión actual de vacantes por capacidad, mérito y oposición, cambiándolo por el nombramiento de magistrados absolutamente politizados. 

LIBERTAD DE EXPRESIÓN.- Otra de la batallas, no menos intensa y profunda, se libra contra los medios de comunicación independientes.

Muchos ciudadanos - hartos de ver en las televisiones y medios afines a los propagandistas del régimen - han optado por la alternativa de libertad que ofrecen las redes sociales. 

Con el fin de silenciar las mismas este desgobierno ha decidido poner en marcha la ley anti bulos o como quieran llamarla, que no es otra cosa que una treta burda y descarada para implantar la censura y socavar de forma drástica nuestras libertades. 

Todo ello, eso sí, adornado en algún lugar con la palabra mágica: "DEMOCRÁTICA", que utiliza la izquierda cuando quiere travestir cualquier maniobra totalitaria. Ya sea la Memoria… Democrática, la República… Democrática y un largo etc. 

Curiosa y cínicamente dice esto el desgobierno que desde hace demasiado tiempo es la fábrica mayor de bulos, argucias, calumnias y cortinas de humo de toda nuestra historia.  

FFCCSE.- Visto lo visto estos días, la UCO de la Guardia Civil e incluso el mismo Cuerpo no iban a quedar exentos de las denuncias y maniobras de intoxicación y demérito para tratar de arrojar calumnias sobre la forma impecable y profesional del trabajo de esta institución.

Tan es así, que el propio Ábalos ha dado la señal de salida denunciando no sé qué maniobra ilegal contra él. 

En pleno fragor desatado contra nuestras instituciones, también ha sabido resistir Isabel Díaz Ayuso, convirtiéndose en la pesadilla del Gran Felón que, herido y humillado muchas veces en su ego trastornado y obsesivo, ha tratado de estigmatizarla y desacreditarla con tretas de todo tipo, para así distraer, cambiando el foco de la actualidad, las sombras que recaen sobre él mismo y la Catedrática, consiguiendo hasta ahora únicamente derrotas sonoras. La más llamativa es la que concierne al Fiscal General del Estado que puede acabar con él en prisión.

Estos son los principales baluartes y puntales sobre las que se funda nuestra democracia y, contra ellos, su significado e importancia para conservar las libertades, hace tiempo han desatado una ofensiva feroz.

Enemigos que, ahora, el "Equipo de Sincronización de Bulos Monclovita", cercado y asfixiado por casos de corrupción múltiples y gravísimos, tratan de desprestigiar primero, para anular y silenciar después.

Con estas defensas que de forma ejemplar están haciendo frente al intento de imponernos un régimen social-comunista ¿Se abre un pequeño resquicio de esperanza para ver el fin de esta pesadilla? 

Nuestra democracia tiene defectos, pero con las instituciones que la representan con fidelidad y decididamente, es más fuerte de lo que muchos pensaban.

Y, aunque está claro que, a la desesperada estos truhanes pondrán todos los medios del Estado, que son muchos, para tratar de disimular, desvirtuar y neutralizar el aluvión de acusaciones por probables delitos que se les vienen encima, se resistirá y se dará la batalla. 

Nuestras instituciones son más sólidas de lo que estos renegados creían; ellos pasarán; sus delitos se escribirán en los libros como ejemplos de lo que no hay que hacer y, nuestros hijos y nietos podrán seguir viviendo en una de las naciones más significativas en la historia del mundo, orgullosos de la misma y de la aportación incalculable que hemos hecho a la civilización occidental durante siglos y, aunque se tardarán muchos años en volver a tener una normalidad social, en todos los órdenes, se logrará. 

¿Fácil? No, pero ganaremos.