CERCADO POR LA CORRUPCIÓN.

 

Desde el mismo instante en que este malhadado personaje, el Gran Felón que habita en la Moncloa, llegó al poder, sólo ha tenido en su mente tres objetivos: 

- Enfrentar a la sociedad española incitando al rencor con la pugna guerracivilista y social.
- Trocear España.
- Enriquecerse a toda velocidad. 

A estas tres tareas se ha dedicado con entusiasmo, siendo difícil precisar en cuál de ellas ha puesto más empeño. 

Las fuerzas actuales pro comunistas que nos malgobiernan están en contra del progreso y mejora de la calidad de vida de la ciudadanía, y se autodefinen progresistas; se oponen a la libertad y a la alternancia de los partidos de diferentes ideas políticas en el poder, y hablan de libertad; son contrarios a la democracia en su totalitarismo, y proclaman que casi son los inventores de la misma. 

Hoy, además, contemplamos a un Presidente imprevisible, fuera de control y totalmente desquiciado. 

Un orate fullero en permanente huida hacia adelante. Todo como consecuencia del afán de crear escaparates llamativos que desvíen la atención que Begoña y sus actividades, posiblemente delictivas, despiertan. 

Como muy bien ha manifestado Alfonso Rojo: “Sánchez está muy nervioso y no por lo que sabemos de Begoña, sino por lo que sabe él”

Para desviar el foco le da igual fotografiarse con huesos de caídos en la pasada guerra civil, aunque esos restos sean de los asesinados en el bando republicano. 

Un ser insufrible y sin conciencia que se ha convertido en uno de los personajes más negros y dañinos de toda nuestra historia que, si no lo remediamos en las urnas nos llevará al enfrentamiento, aunque como buen socialista y al igual que hicieron en su momento Prieto y Negrín, escapará del caos al que nos conduce.

A este traidor máximo de la democracia española, a este espantajo de la libertad democrática, a este aprendiz del chavismo más tirano y funesto, le cercan cada día más escándalos. 

Los informes son cada vez más llamativos y demoledores e indican una corrupción desbocada y que se ha sentido impune, al mejor estilo caciquil. 

De ahí que sus últimas comparecencias muestren a un individuo perturbado y descompuesto, sobreactuando y tratando de disimular el caos en el que nos siguen sumergiendo sus felonías y cesiones de todo tipo ante secesionistas, terroristas y tiranos. 

Un traidor vulgar y ramplón de ambición ilimitada por el poder, que sólo obedece a los que para nuestro infortunio llevan las riendas de esta desdichada nación: el Sultán de Marruecos; un terrorista como Otegui; un huido de la justicia, Puigdemont; y un golpista irredento, Junqueras.

Por eso no es de extrañar que sea el personaje más aborrecido por la ciudadanía. Algo que se ha ganado a pulso, por mucho que la factoría monclovita y toda una cohorte de asesores y empresas luchen denodadamente para favorecer su imagen.

El mismo que sólo atiende a periodistas con un guion elaborado a la carta. Ya no hay ruedas de prensa libres siendo numerosos los medios vetados y, tanto ministros como él, se explayan en sus peroratas sin que nadie ose ponerles en un verdadero aprieto con preguntan incómodas. 

Una de sus estrategias para mantenerse más tiempo en la Moncloa - que ya usó con algún que otro resultado Zapatero - es la de crear tensión y enrarecer el ambiente, tratando así de movilizar a la izquierda. 

Como resultado de estas tretas llevamos demasiados años soportando el azuzamiento a la división y al odio. Seguramente pasarán muchos decenios antes de que la sociedad española entre en un periodo de normalización en el que se dejen aparte los rencores y las rencillas que estos malvados han tratado, por todos los medios, de resucitar e inculcar al máximo con un solo objetivo: PERMANECER EN EL PODER.

Respecto a la extensión de esta dictadura que ya padecemos, vemos cómo los tentáculos de la misma y procediendo como si de un tumor maligno se tratase, sus metástasis han ido ocupando sin cesar muchos de los poderes de contrapeso y control del Estado, obedeciendo todo a un plan preestablecido muy concreto y preciso.

Y, aunque en la administración de Justicia hay verdaderos héroes que no se arredran ante las presiones políticas, sorprende también el número que, bien contemporizan o están justamente al lado de los que quieren instaurar una dictadura diluyente y de consecuencias imprevisibles. 

¿Cómo es esto posible? 

¿A QUIÉN o a QUÉ obedecen? 

¿Ambición desmedida de poder, prestigio, posición social, fama, amenazas, chantaje...? Seguramente habrá de todo.

El socialismo debería de desaparecer de nuestras vidas, algo que está en manos de la ciudadanía. Ha sido y es una máquina perfecta de crear clientela, ruina y odio a partes iguales.

No podemos tener un partido político que se salta las reglas democráticas y que está anulando de facto, los principales artículos de nuestra Constitución.

Han invalidado el perdón, la ilusión y la esperanza por un futuro mejor que había en la sociedad española antes de la llegada de ZP.

Fue este dañino personaje y sus ministros los que decidieron que había que romper ese afán de esperanza y sacar todos los espejos retrovisores posibles para retrotraernos a los años más negros, cainitas y tristes de nuestro pasado, impidiendo así afrontar un futuro más despejado. 

Expectativas que nos llevaron a disfrutar los años mejores de nuestra democracia, a pesar de los latigazos sin piedad que continuamente protagonizaba la ETA, cómo no, otra organización comunista/terrorista que hoy desafortunadamente manda y mucho en esta España enfrentada, adormilada y sumida en una crisis moral épica, además del déficit económico que lastra la creación de empleo y el futuro de nuestros hijos y nietos. 

Todo esto se lo debemos a una izquierda que perpetuamente ha obedecido consignas exteriores: ya sean de la URSS, masones, globalistas o de cualquier otra entidad, siempre que:

- Calumnien nuestra Historia.

- Arruinen nuestro presente.

- Comprometan nuestro futuro.

No falla. El socialismo trufado de comunismo ruinoso, rancio y tóxico, se ha instalado en el Gobierno con el objetivo de mantenerse eternamente en el poder, aunque para ello tenga que enfrentar a los españoles en un conflicto que nos arrojaría de nuevo al abismo que a partir de la Constitución creíamos haber enterrado ya.

Para terminar este post recalcar que ha sido este partido históricamente, desde hace más de cien años, un criadero de violencia, división y guerras. 

Durante la Segunda República, esa que hoy tanto anhelan y que ellos mismos dinamitaron, fueron responsables del golpe de Estado que ensangrentó Asturias - cerca de dos mil muertos - durante los días 4 y 5 de octubre de 1934. 

Indalecio Prieto participó claramente en el levantamiento revolucionario, facilitando las armas que llevó en un barco, el Turquesa.  

Y es que como decía Largo Caballero: “No creemos en la democracia como valor absoluto. Tampoco creemos en la Libertad. Declaraciones en Ginebra, año 1934”. 

Y a fe que los españoles nos hemos enterado.  

No son compatibles con el espíritu democrático, con la alternancia del poder en las instituciones y, mucho menos, para el ejercicio de los cargos con honradez.