LA FICCIÓN MÁS GRANDE JAMÁS CONTADA.

Es imposible comenzar este post sin hacer un sentido homenaje a las últimas víctimas caídas por obra y gracia de los narcos que operan a su antojo en todo el campo de Gibraltar y zonas adyacentes, desde que Marlasca y este desgobierno de inicuos, decidió desarticular y anular la OCON-SUR, unidad de élite especializada que les plantaba cara y mantenía a raya.

Alguien dirá que ya se ha hablado bastante de este suceso violento y cruel. Nunca se insistirá lo suficiente. 

Hay que recordar siempre la responsabilidad de Marlasca y, por supuesto, del Gran Felón.

Tampoco puede ser olvidado y borrado de la noche a la mañana – como sería el deseo de ambos - por los trucos semánticos e informativos a los que nos tienen acostumbrados, todo el equipo de personajes marrulleros e infaustos que forman el actual consejo de ministros.

A nadie se le escapa que una de las razones del desmantelamiento de esa unidad de élite, se debe quizás a las órdenes del Sultán. 

En ese país no se mueve nada sin que él mismo y la corte que le rodea reciban beneficios suculentos.

Ahora con las manos libres y una impunidad manifiesta, el negocio para ambas partes, narcos y sultán, es redondo. 

 

La pregunta surge sola: ¿Sabremos algún día qué conoce Marruecos del Presiente, de Marlasca o de alguno de sus familiares?

Todo comenzó a partir de la descodificación del contenido de sus móviles. 

¿Es tan grave y comprometedor? 

Los narcos, crecidos y a sus anchas han perpetrado este crimen, jaleados y animados, por los que asistían alborozados al espectáculo dramático y cruel donde cayeron estos héroes. 

De asco y absoluta repugnancia oír voces y comentarios en los que azuzaban a que siguieran masacrando a los que estaban todavía vivos en el agua.

Da asco y absoluta repugnancia ver al Presidente de un supuesto Gobierno de España, asistir a las pocas horas a los premios Goya, sin una palabra de cariño, sin una palabra de reconocimiento, sin ni tan siquiera un mínimo recuerdo a esa labor callada, difícil y, desde hace demasiado tiempo, en tanta desventaja.

Un Ejecutivo que ha vivido siempre de espaldas a los problemas reales de los ciudadanos.

Todo lo impregna la ideología ruinosa y esclavizadora de esta izquierda pendiente de hundir la industria y las inversiones.

 

Un gobierno de marionetas estúpidas y prescindibles que sólo se justifican ante sus amos: golpistas catalanes y el todopoderoso sultán. 

Todo este despropósito enlaza ahora con la rebelión justificadísima del campo. 

 

Nunca, jamás, la agricultura ha estado tan amenazada; nunca, jamás, la ganadería ha sido tan perseguida para obligarnos así a comer grillos, gusanos y comida artificial, proyectada y producida por laboratorios de los mega multimillonarios que mueven este negocio.

Continuando con ese plan perverso, maniobran para seguir ahondando en una crisis energética artificial de consecuencias infaustas con el cierre previsto de centrales nucleares en España - no en la UE - y se rechazan, cómo no, la construcción de los nuevos modelos, más eficientes y más seguros.

Siguiendo esa estrategia inicua de hundir la agricultura, han sembrado los campos de molinos, pero ya sin el preceptivo informe de impacto medioambiental.

A la desforestación, por talas despiadadas e incendios provocados, sigue el mantra de culpar de la misma al “cambio climático”. 

De cuya responsabilidad, alucinadamente, culpan al ser humano.

Han normalizado la ficción más grande jamás contada.

Tampoco se han cortado a la hora de instalar placas solares en tierras de cultivo, convertidas ahora en eriales que permanecerán inservibles durante muchos años, ya que, para mantenerlas operativas necesitan acabar con toda la vegetación que espontáneamente crece entre las mismas.

 

Para ello no dudan en regar de pesticidas y herbicidas, de forma constante, los mismos, quedando yermos para el cultivo y muy difíciles de recuperar.

Herbicidas que son arrastrados por las lluvias y llegan hasta la capa freática, contaminando de manera permanente veneros, manantiales y pozos. 

Es todo un despropósito, un sinsentido, una mentira y corrupción gigantescas, apoyadas por unos políticos sin conciencia y que contribuyen al desastre y ruina que cada día es más evidente.

 

Nos han sumergido en una patraña ruinosa y quimérica apuntalada por un discurso falso e ilusorio. 

La verdadera intención es la de empobrecernos, llevarnos a la devastación más espantosa y al control más abyecto de la sociedad, usando el hambre y la carencia como armas políticas, copiado de los regímenes comunistas donde las han empleado con profusión.

Todo lo domina una casta de parásitos corruptos y malditos que viven de procurar la desolación. 

 

Estamos en manos de la cuadrilla de personajes más baldíos, de los más inútiles, sectarios e ideologizados hasta la náusea que actúan como robots, siguiendo las consignas que emanan de los centros globalistas de decisión.

El futuro inmediato no puede ser más preocupante.