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CERCADO POR LA CORRUPCIÓN.

  Desde el mismo instante en que este malhadado personaje, el Gran Felón que habita en la Moncloa, llegó al poder, sólo ha tenido en su mente tres objetivos:   - Enfrentar a la sociedad española incitando al rencor con la pugna guerracivilista y social. - Trocear España. - Enriquecerse a toda velocidad.  A estas tres tareas se ha dedicado con entusiasmo, siendo difícil precisar en cuál de ellas ha puesto más empeño.  Las fuerzas actuales pro comunistas que nos malgobiernan están en contra del progreso y mejora de la calidad de vida de la ciudadanía, y se autodefinen progresistas ; se oponen a la libertad y a la alternancia de los partidos de diferentes ideas políticas en el poder, y hablan de libertad ; son contrarios a la democracia en su totalitarismo, y proclaman que casi son los inventores de la misma.  Hoy, además, contemplamos a un Presidente imprevisible, fuera de control y totalmente desquiciado.  Un orate fullero en permanente huida hacia adelante. Todo como consecuencia del

HISTORIA DE LA INFAMIA. EL HISTÓRICO TRAIDOR BELLIDO DOLFOS.


Repasando los sucesos acaecidos en nuestra historia, sobre todo en la Edad Media, lo normal es encontrar distintas fuentes sobre un mismo suceso, sin embargo, algunas de ellas son contradictorias entre sí.

Ejemplos los tenemos en diversos diplomas medievales; el Cantar de Sancho II de Castilla; en la Crónica Najerense; en la Primera Crónica General; en cantares de gesta como el del Mío Cid; crónicas de la época; o en los llamados cantos noticieros.

Igualmente, las más de las veces Historia y leyenda se mezclan, siendo sumamente difícil discernir dónde está la verdad absoluta.

El caso de Bellido Dolfos no iba a ser diferente. La Historia le ha calificado siempre de traidor.


Romance del Rey Don Sancho:

“… Gritos dan en el Real:

que a don Sancho han mal herido:

muerto le ha Bellido Dolfos,

gran traición ha cometido…”.

 

No hace mucho que en León una parte de investigadores han rectificado la versión digamos “oficial”, y colocan a éste como un héroe al servicio de Doña Urraca y de Alfonso VI.

Trataré de desmenuzar, en lo que pueda, los hechos de este regicidio que, a pesar de lo que se expresa en muchos escritos, no fue el primero en la larga historia de nuestra nación – aunque sí en el periodo de la Reconquista – pues es sabido que en la monarquía visigoda era el medio casi natural de acceder al poder.

Retrocedamos unos años antes de este suceso.

Fernando I el Grande al morir reparte el reino entre sus cinco hijos: a Alfonso VI León; a Sancho II el Fuerte Castilla; a García I Galicia; a Doña Elvira Toro y, a Doña Urraca Zamora.

Ni que decir tiene que la cosa no iba a quedar así. Al fallecer la reina Sancha tocan a arrebato y los hermanos empiezan a urdir intrigas y alianzas para tratar de unificar lo que antes poseía el padre, iniciándose entre ellos unas guerras que iban a durar más de siete años.

Sancho y Alfonso son los beligerantes; tras diversos incidentes y escaramuzas quedan en someterse a lo que se llamaba “Juicio de Dios” – muy frecuente en aquella época – en Llantada, junto al Pisuerga. 

Sancho vence, pero Alfonso no acepta la derrota. La relación entre ambos se ve lógicamente afectada, pero no rota del todo. La prueba está en que Sancho cuando va a contraer nupcias con una noble inglesa llamada Alberta, invita a su hermano Alfonso que acude a la boda.


En la misma se reconcilian de nuevo y se ponen de acuerdo para enfrentarse a su hermano García.


Sancho entra en Galicia, García es derrotado, hecho prisionero y encarcelado en Burgos para posteriormente ser desterrado a Sevilla a la corte del rey moro Al-Mutámid, tributario de Castilla.

Tras solucionar este asunto los hermanos firman un acuerdo y ambos se titulan reyes de Galicia. Sin embargo, transcurridos cuatro años y tras nuevas porfías vuelven a enfrentarse en la batalla decisiva de Golpejera, junto a las vegas del Carrión, donde Alfonso es hecho prisionero.


En una faena clásica, empleada ya por los visigodos, le tonsuran la cabeza para obligarle a tomar los hábitos. 


Con el tiempo ambos hermanos vuelen de nuevo a llegar a un acuerdo por intercesión de Doña Urraca, exiliándose Alfonso voluntariamente a Toledo, a la corte del rey Al-Mamún, taifa también vasalla de Castilla.

A Sancho, para colmar sus aspiraciones de reunificación del reino ya sólo le quedaban las ciudades de Toro y Zamora. Convence pronto a Doña Elvira que le entrega la ciudad de Toro.

Cuando llega a Zamora no cuenta con que Doña Urraca, de acuerdo con Alfonso y apoyado éste por los Ansúrez y otros nobles, se niega en redondo a entregarle la ciudad, tras lo cual Sancho pone sitio a la misma.

El cerco se va haciendo tedioso y largo. Durante varios meses los avances son nulos por ambas partes: ni Sancho abandona, ni Urraca logra ventaja alguna ante el imponente ejército que la cerca.


Es entonces cuando aparece Bellido Dolfos, noble cuyo padre había frecuentado el círculo íntimo de Fernando I.


Éste se pone de acuerdo con Doña Urraca y, con el argumento de ser un desertor se presenta ante Sancho – del que era ya conocido – convenciéndole de su lealtad y de la buena disposición de entrar a su servicio.

Un día Bellido persuade al rey – del que se ha ganado ya su favor y confianza – para que le acompañe a ver un lugar donde, según le dice confidencialmente, las murallas presentaban los puntos más vulnerables y eran más fáciles de asaltar, así como de la existencia de un portillo con poca vigilancia por el que los soldados, con poco riesgo, podrían acceder a la ciudad.


El rey accede, aunque no va solo, lleva con él un séquito discreto – pues discreta era la misión – en el que se encontraba el Cid. Una escolta pequeña, pero suficiente para su protección en caso de algún imprevisto.

 

Según cuentan las crónicas en un momento determinado Bellido y Sancho quedan a solas, ya que éste sufre un apretón inesperado. 

Descabalgan y confiado le deja a Bellido Dolfos su propia lanza para tener más comodidad en hacer lo que nadie podía hacer por él.

El momento buscado está ahí; nunca, jamás, iba a disponer de una ocasión tan favorable para ejecutar – nunca mejor dicho – sus intenciones: el rey se encuentra desprevenido, en franca y total inferioridad, vulnerable, confiado, de espaldas, en una postura no demasiado gallarda, ambos protegidos por los abundantes arbustos y maleza del paisaje, así como a cubierto de miradas indiscretas.


Bellido Dolfos, con la misma lanza que el rey le ha dejado en custodia, atraviesa a Sancho por la espalda. Tan brutal es el golpe, por lo cercano, que parte del asta asoma por el pecho; a continuación, emprende la huida veloz en su caballo.


Parece ser que el Cid se apercibió de que algo había ocurrido al ver el galope de Bellidos hacia las murallas de la ciudad, y sale tras él en su montura. 

Sin embargo, prevenidos en Zamora abren rápidamente un portillo por el que el regicida consigue ponerse a salvo de sus perseguidores.

Tal portillo recibió el nombre hasta el año 2009, de “Portillo de la Traición”, año en que – por revisión de este episodio a cargo de historiadores leoneses- se cambió por el de “Portillo de la Lealtad”.


De lo que ocurrió inmediatamente después con Bellido Dolfos hay versiones diferentes.


La más conocida es la que asegura que, una vez refugiado en Zamora y a salvo ya de sus perseguidores, Urraca lo premió, agasajó y le permitió marcharse.

En los romances castellanos este caballero parece ser que fallece en 1072.

Otras versiones aseguran que, Diego Ordóñez primo del rey Sancho le persiguió, le hizo prisionero y mandó descuartizarlo vivo.

Las hay que aseguran que continuó en la Corte de Alfonso VI. Su última referencia en otros escritos se hace en 1075.

Muerto Sancho, Alfonso volvió de su destierro de Toledo y reivindicó la totalidad de la herencia.

El colofón de toda esta historia se representa en el llamado Juramento de Santa Gadea, una pequeña iglesia de Burgos, ya que, buena parte de la nobleza castellana exigió que, antes de ser reconocido como rey se exonerara de la sospecha de haber tenido parte en la muerte de su hermano. 

Rodrigo Díaz, en calidad de alférez del monarca muerto, es el encargado de pronunciar el ritual.

García, creyendo que la muerte de su hermano Sancho le autorizaba a recuperar Galicia había vuelto ya de Sevilla. 

Alfonso le citó a una reunión tras la cual fue hecho prisionero y enviado preso al castillo de Luna en León. Allí permaneció hasta su muerte después de dieciséis años de cautiverio.

Y, hasta aquí puedo contar. Podrá discutirse que a Bellido lo movían intereses de lealtad hacia Urraca; o que, por el contrario, sin importarle la amistad y confianza que Sancho había depositado en él, fue un traidor que además le dio muerte de manera un tanto vejatoria: en cuclillas, por la espalda, con su propia lanza y con todo a su favor.

Juzguen ustedes.


Comentarios

JUANJO ha dicho que…
BUENÍSIMO. PASEN Y OPINEN. PERSONALMENTE, CREO QUE FUE UN TRAIDOR, PERO, SOLO ES, UNA OPINIÓN. UN ABRAZO
José L. García Alcón ha dicho que…
Querido Pepe: Tues nuevos artículos de "revisiones de la historia", me parecen, como todo lo que escribes, muy buenos. Tanto el del torneviaje, como el de la traición de Bellido Dolfos junto a la muralla de Zamora. Me parece un tanto raro, que en el 2009, los leoneses, hayan decidido limpiar la memoria de aquel que siempre fue el ejemplo más claro del traidor. Nunca lo sabremos realmente, pero a pesar de ello, gracias por tus artículos.
Emperador ha dicho que…
Excelente artículo histórico que viene a recordarnos que los traidores han existido y existirán en todas las épocas.
Bellido mató al rey aprovechando que éste andaba ocupado en sus menesteres higiénicos. Ahora son más finos pero igualmente nos terminan atacando por el mismo sitio cuando no podemos defendernos.
Feliz año nuevo y un fuerte abrazo.
Pepe ha dicho que…
Pepe bonito artículo y mejor lección de historia, enhorabuena,hoy leemos esas rencillas familiares y nos parecen mentiras pero es que en el siglo XXI también tenemos Reyes que le gustan las mujeres y el dinero pero además tenemos unos políticos que miran más por el poder de ellos que por el bienestar del pueblo pero en fin a ver si este año que nos trae buenas noticias y le dan apretones que no pueden dejary nos dejan tranquilos. Repito enhorabuena. Un 🫂

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