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Blog de opinión donde actualidad, cultura e historia se dan la mano. Combatiendo la leyenda negra. J.D.A.
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"LA PLAGA"
Nos ha caído encima, no como un regalo del cielo ni mucho menos, sino como una maldición bíblica de proporciones gigantescas.
Como una auténtica PLAGA.
El Fake que vive en la Moncloa es todo él una gran mentira, una gran farsa, un gran timo, al igual que políticos, de uno y otro signo que hoy forman esa clase cada día más denostada.
Los gobiernos – en general - se preocupan normalmente por mejorar la vida de los ciudadanos, éste, más bien al contrario, su única obsesión ha sido y es implantar una ideología destructiva, sectaria, vengativa, de enfrentamiento y ruina entre todos los españoles, nada importa que, a través del tiempo y de las instituciones que nos dimos democráticamente, hubiéramos hecho ya borrón y cuenta nueva, olvidando todas nuestras diferencias.
Ha venido para enfrentarnos, para borrar la Historia de España, para disiparnos y disgregarnos como Nación, y para someternos al Globalismo.
El Insomne – como decía en otro momento - nos ha quitado el sueño y la ilusión, ahora anda tratando de quitarnos, además de nuestros ahorros, el frío en verano, el calor en el invierno, y, la seguridad y la tranquilidad en nuestras noches urbanas.
En cuanto a los ciudadanos, muchos son los que andan como los avestruces, negándose a ver la evidencia, temiendo topar con la cruda realidad a la que este incalificable personaje nos ha abocado ya.
“Antonio”, el cabecilla de esta PLAGA INMUNDA es un zascandil consentido, un chulillo de patio de colegio, abusón con los débiles y cobarde hasta el pánico con los más gallitos. Este atrabiliario, corrupto y perverso personaje se ha cruzado de mala manera en nuestras vidas.
El mismo que juega con nuestros sentimientos, con el futuro, con los proyectos y con la salud de todos, en su empeño de seguir al pie de letra, pisando el acelerador, de las instrucciones de los que le han puesto ahí para difuminar y balcanizar España.
Incapaz ya de mostrarse en público, me recuerda a esos titiriteros que no han tenido un buen día y a los que el respetable, después de una breve y malísima interpretación, arrojan todo tipo de cosas inservibles.
“Antonio” lo sabe y, de un tiempo a esta parte no tiene el valor de salir del cogollo de seguridad y adulación en el que se mueve, del núcleo numeroso de pelotas rastreros en el que siempre, siempre, vive y se desenvuelve. Ya sea en entrevistas masaje o comparecencias totalmente descafeinadas y hechas a medida, en sus medios preferidos y ampliamente subvencionados.
El fantasmón ha empezado descaradamente sus larguísimas vacaciones veraniegas y las prolongará mucho más allá de lo aceptable en estos momentos de ruina y de zozobra de la nación. Sabedor de que serán las últimas, nada será lo suficientemente fastuoso, lujoso o exclusivo, para colmar las ansias de bienestar y de confort del Fake monclovita.
Es la actitud de un gorrón redomado crónico y abusón quien, desde hace mucho tiempo ha dado por perdida la batalla de la opinión pública, aunque sus voceros se empleen a diario y a fondo, tratando frenar esa caída espectacular que no cesa.
Una impopularidad como nunca se había visto en ningún político español y, que, por supuesto, se ha ido ganando a pulso.
QUÉ LEJOS ESTÁ ESTA PILTRAFA DE LA PERSONALIDAD DE LOS ESTADISTAS AUTÉNTICOS, DE LOS QUE NO NECESITAN MENTIR NI COMPRAR PERIODISTAS.
Esos líderes a los que no les es necesario arrodillarse ante golpistas y proterroristas, ni sobornar a empresarios y sindicatos para seguir superviviendo, mientras derrocha recursos como si no hubiera un mañana, nutriendo esas telas de araña clientelares creadas artificialmente, gracias a los impuestos que en peajes confiscatorios nos detraen.
“Antonio”, el cabecilla de esa plaga bíblica, ducho en el escamoteo, chantaje e intrigas, ha trepado por esa cucaña mal engrasada de la política actual que selecciona a los menesterosos, a los faltos de escrúpulos, a los traidores netos, a los que demuestran reiteradamente su vocación de parásitos oportunistas y, a los faltos de conciencia moral y ética más elementales.
El Estado y sus medios son para su uso y disfrute. Ninguno parará en barras, todo es poco para sus ansias de buitrear los bienes puestos a su disposición. No sólo se creen con el derecho a explotarlos, sino que además pareciéndoles poco, los aumentan, ensanchan y amplían hasta límites que nunca se habían visto en ninguno de sus predecesores.
Todo es insuficiente para calmar sus ansias de destacar, sus ansias de demostrar PODER, su hambre desordenada de verse alabado y temido.
Dada su falta de empatía y conciencia, nada colmará sus sed de parabienes y plácemes, nunca se verá ahíto de loores, enaltecimientos y encomios.
Para personajes así es la oportunidad soñada de saborear el triunfo, de explotar el éxito, y del abuso de poder en la colocación de amiguetes, familiares y beneficiarios.
Es el instante propicio de lucirse ante aduladores y pelotas en nómina; es el momento de sentirse alabado, ensalzado y admirado por esa banda de tiralevitas profesionales que disfrutarán lo que les pagamos entre todos.
Las facturas filtradas de esos gastos fastuosos, desbocados y desproporcionados como nunca se habían visto antes, sirven para corroborar estas palabras.
De paso - y ante el pánico provocado por las cifras de las encuestas - también es la oportunidad de promocionarse fuera de nuestras fronteras, para buscarse un sitio en la pléyade de políticos inútiles que pueblan las instituciones europeas.
Nada importa la opinión pública, nada importa el mal llamado Portal de Transparencia que ya no sirve para nada, como el resto de instituciones democráticas que nos dimos los españoles para controlar, entre otras muchas cosas, los abusos del Poder; nada vale, todo se ha ido desarbolando poco a poco, con la meticulosidad de un relojero suizo y con la constancia de un orfebre.
Al resto de españoles sólo nos queda pagar impuestos y ver cómo todos los días, asesinos etarras son acercados a las provincias Vascongadas para que luego el desgobierno de Urkullo, vaya aplicando con tranquilidad, todos los beneficios penitenciarios posibles porque, para eso, se entregaron previamente todas esas competencias.
Sin embargo, no todo se ha perdido, la esperanza brota inesperadamente en cualquier sitio y se manifiesta en el lugar menos esperado.
No hace mucho, sentado en uno de los bancos del parque de una ciudad española y después del ocaso, resonaba la algarabía de las actividades infantiles.
Algunos niños corrían, otros parloteaban o jugaban no muy lejos.
Ese ruido, ese murmullo, esos grititos, entre sorprendidos y alegres, constituían de verdad un rumor de esperanza, la realidad palpable de que hay cosas que pueden escapar al control desordenado y cruel de los Decretos expelidos por la plaga monclovita.
El momento mostraba la fuerza grande de la inocencia, del amor confiado, placentero; la ilusión auténtica, alegre y sencilla de una infancia cargada de promesas, con suficiente poder para superar los tiempos que vivimos.
Un ofrecimiento de futuro se abría ante ellos y se mostró ante mí.
Sin duda fueron unos momentos especiales al contemplar esas miradas limpias, inocentes, amables.
Me mostraron que sí hay futuro, un futuro claro y limpio, si somos capaces de quitarnos de encima, en las próximas elecciones generales, a estas garrapatas parasitarias y sin alma que nos oprimen, que cada día que pasa nos estremecen con sus decretos, con sus actuaciones improvisadas y dañinas, que reman en sentido contrario al que lo hacen muchos otros gobiernos de nuestro entorno.
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Comentarios
Fdo. Eli
Pero, al final de su artículo, se refiere usted a la esperanza. Y ya me gustaría poder compartir su fe en esa infancia a la que alude y que esa misma plaga de miserables a la que antes aludía está teniendo mucho cuidado en estropearla imponiendo leyes inicuas y ridículos planes de enseñanza para atontarlos y así matar su espíritu crítico o, peor aun, encauzarlo a sus diabólicos planes en busca de generaciones futuras hechas a la medida de sus deseos. Pero la esperanza, amigo ¿qué sería de nosotros sin ella? Confiemos en Dios los creyentes y crucen los dedos los ateos y agnósticos, porque esta gentuza no se detendrá en sus maldades a fin de cumplir los designios del mismísimo diablo en el que no creen y al que sirven con devoto celo.
En fin, don José, no me quiero extender más ni convertir este comentario en una jeremiada. Esperemos confiados y, como dice la vieja sabiduría china: Cuando las cosas no pueden ir peor es necesario que vayan a maejor. Pero ¿de veras no pueden ir a peor? Tengamos confianza.
Un cordial saludo, amigo.
Las descripciones son brillantes.
En mi opinión, entre el final, que cierra con un broche de esperanza,
Y esa primera parte, hay un exceso de palabras.
Es decir, que sí resumiera una parte del cuerpo argumentativo,
El artículo mejoraría considerablemente.
En los periódicos hay un tope de palabras.
Trate de amoldarse a ese número.
Talento tiene, solo falta que perfeccione la técnica.
La extensión es importante. Forma y fondo, como decía
Hjelmslev, de la escuela lingüística de Praga, van estrechamente
unidos.
Gracias por el artículo.
TEresa Almazán.
Le felicito. Cuidesé. Saludos.
Saludos.