METAS DE LA IZQUIERDA Y DEL GLOBALISMO.

Cada día está más claro y diáfano que cualquier cosa: hecho, decreto, disposición, ley u ordenanza, salidas de ese desgobierno aniquilador, ruinoso y déspota, tienden a laminar la sociedad, la familia, la religión cristiana y, a parasitar instituciones de distinta índole, estando entre sus preferidas aquellas que mayor repercusión tienen en el devenir diario de cualquier sociedad. 

Han conseguido en tiempo récord invadir medios de comunicación, Universidad,  Fiscalía, Tribunal de Cuentas y otras instancias. Sólo les queda el CGPJ, algo a lo que se aplican denodadamente. 

Una ruina y decadencia cuidadosamente planificadas y que se vale de leyes, hechas ex profeso para dinamitar la economía, saquearnos y empobrecernos, que nos expolian a base de impuestos insoportables y al favorecimiento de cualquier movimiento que divida, arruine, adocene y enfrente a los españoles. 

En sus planes de ingeniería social  -  que calcan las teorías de Gramsci  -  se incluyen el privarnos de nuestra identidad nacional, familiar, sexual y religiosa, ridiculizando el amor a tu nación, a su Historia, a sus héroes, apostando igualmente por invadir escuela, universidad y medios de comunicación, ya que, todo lo anteriormente nombrado constituyen el cemento, el núcleo y matriz de nuestra cultura y mantiene la identidad de nuestra sociedad y nación. 

Si se transforman, perturban o cambian las mismas, a estos desalmados les será muy fácil someternos, y más fácil aún instaurar un totalitarismo absoluto, sin llegar necesariamente a ello por las armas.

Desde que el Fake que habita en La Moncloa está ahí, se han acelerado todas estas disposiciones tendentes a dividirnos y a enfrentarnos, a ningunear a la sociedad civil, a la nación en sí y a liquidarnos como estado. 

El social-comunismo está enfermo, no solamente de odio, sino de envidia. Una envidia que se multiplica cuando ve que las comunidades en las que no gobiernan avanzan en economía, bienestar social, inversiones y libertad, algo que les duele en demasía y no toleran porque ponen patas arriba sus planes sombríos.

Han recurrido a la mentira tratando de explicar que llegados al último escalón, según la teoría de la pirámide de Maslow, sólo nos queda esperar degeneración por agotamiento de la sociedad. 

Esta teoría señala en sus distintos escalones que, una vez aseguradas las necesidades básicas fisiológicas, seguidas por las de seguridad física de empleo y recursos; amistad, afecto e intimidad sexual, se pasa al penúltimo escalón que lo constituyen la confianza y el respeto, culminando por la creatividad, aceptación de hechos y resolución de problemas, y es en ese momento cuando todas las civilizaciones, más o menos conocidas, han degenerado hacia la autolisis.

Aquí ha sido justamente al revés, pues todo se ha planificado mediante los sucesivos planes de educación, animando a que parte de la juventud se precipitara al sexo sin responsabilidad, a la drogadicción como medio de diversión y han proscrito la cultura del esfuerzo, del trabajo, sacrificio y recompensa, algo que ha calado profundamente en determinadas capas de la juventud. 

Tal es así, que esto ha hecho que muchos ciudadanos se preguntaran si está agotado nuestro sistema, el capitalismo, el liberalismo. Para nada. - si nos dejan, claro – aún quedan por conseguir metas sociales más justas y mejores, y que éstas se extiendan a muchísimas más capas de población. 

Sin duda alguna y desde hace más de un siglo, el mundo occidental ha ido progresando en todos los órdenes y, el capitalismo junto al liberalismo económico, han dotado a nuestras sociedades del mayor bienestar económico, de libertades y adelantos como jamás había tenido civilización alguna.

La elasticidad y eficacia de nuestras organizaciones, más la experiencia y el ingenio humano, cada día más desarrollados y puestos en práctica en cualquier escenario, ya sea el doméstico o el industrial, ofrecen y han ofrecido múltiples soluciones a los problemas actuales que, en algunos casos si no son definitivos, sí que palian los efectos adversos que podrían haber originado.

¿QUÉ HACE LA IZQUIERDA GLOBALISTA Y TELEDIRIGIDA DESDE INSTANCIAS INTERNACIONALES?

 Para esclavizarnos y manejarnos a su antojo están tratando de frenar ese desarrollo a cualquier precio, poner palos en las ruedas de nuestra civilización, empobrecernos, dividirnos y enfrentarnos, porque si no escapamos a su control.

Ya vimos cómo el comunismo se servía de ecologistas y pacifistas financiados por la fracasada y hundida URSS. Tenían dos misiones fundamentales: frenar la industria occidental y dejarnos a merced de sus tanques. 

Les valía cualquier disculpa, y valiéndose de una propaganda dañina y falsa, decenas de jóvenes – bien alimentados y bien vividos - se vieron atraídos por postulados en algunos casos absurdos, infantiles y delirantes.

Como ocurre ahora, también nutrían sus filas numerosos antisociales que pensaban que eso de no lavarse y parasitar las sociedades, donde habían tenido el privilegio de nacer, era lo mejor que podían hacer. 

Asistimos a la implantación de una nueva religión cuyos oficiantes son feministas radicales, animalistas, ecologistas, antinucleares y defensores de la inmigración masiva - en la que muchos encuentran un suculento y sucio negocio -  y sin control. 

Feministas que tratan de sembrar el odio entre hombres y mujeres y que defienden a la mujer según quien la haya agredido; ecologistas de salón y subvenciones; animalistas infantiloides que confunden los animales de granja con sus mascotas, y que defienden las manadas de lobos y osos incontroladas que perjudican, y de qué manera, las explotaciones agrícolas y ganaderas.

Todas estas organizaciones bendecidas, subvencionadas y con propaganda masiva en todos los medios de comunicación, persiguen un mismo fin y, de momento van ganando, que no es otro que el enfrentamiento de hombres y mujeres, la ruina de nuestra sociedad, la paralización de la industria y la ruina de las zonas rurales.

En los últimos meses hemos tenido dos broches finales y que coronan todo el disparate ruinoso, cuidadosamente planificado y llevado a cabo por estos políticos vendidos al Mal: la nueva ley de educación, que convertirá a los jóvenes en vez de ciudadanos dispuestos a defender sus derechos, a monigotes manejados convenientemente a base de favores y subvenciones estatales; la mayoría de ellos claro, pertenecientes a la clase media más necesitada. 

Se acabó el ascender socialmente por el mérito y el esfuerzo. Se desperdician inteligencias y se condenan a la mediocridad a capas extensas de población pero, logran sus objetivos: ser muy fácil manejarlos y esclavizarlos.

El otro broche, que está teniendo unas repercusiones demoledoras, tanto en el plano económico como lo tendrá irremediablemente en el social, y cuyos daños irán aumentando de manera exponencial,  ha sido la entrega, por parte del Fake monclovita, del antiguo Sahara español a Marruecos. 

Dos acciones que, de por sí solas explican el declive moral y el sometimiento al capricho absoluto de las élites que ya están mandando en demasiadas naciones, siendo Europa y particularmente España donde han alcanzado mayor eficacia sus planes. 

¿Hay solución? Sí, claro que la hay pero, para ello hay que cambiar no sólo las competencias en materia de educación de las comunidades, sino arrojar al estercolero, cuando se produzcan las próximas elecciones generales, a estos sin alma que, a día de hoy, nos amargan el presente y nos hipotecan el futuro.