¿ESTAMOS ANTE UN PERIODO PRERREVOLUCIONARIO? - 1ª PARTE - .

 

Las palabras y las situaciones que estamos viendo diariamente nos dan algunas pistas. 

Casos  puntuales que, por su gravedad, indican que posiblemente estemos ante una situación grave y conducidos por una recua de hispanófobos y apátridas que, como es natural no pueden pergeñar nada bueno. 

De momento se han encargado en legislar para dividir a los españoles en dos bloques, los mismos que había antes de nuestra guerra civil. Además de todo tipo de sainetes, películas, panfletos, propaganda hedionda y pertinaz, que sólo ha buscando ahondar aún más en esa división, por otro lado ya olvidada, y que nos hizo mirar al frente con ilusión y, que, ahora en triste retroceso, sólo hace que todos miremos por el espejo retrovisor de la Historia.

En su momento el ex ministro de Justicia Campos dijo, en sede parlamentaria, que estábamos en, ¡periodo constituyente!, y… no pasó nada. 

¿Qué querían decir exactamente esas palabras? Porque nadie, que yo sepa, le preguntó a qué se refería, ni tampoco el porqué de esa afirmación tan rotunda ¿Fue estupidez, amenaza, o globo sonda, algo tan fuera de lugar y declarada por un miembro del Ejecutivo?

Diariamente vemos la pugna de este des-Gobierno por ir copando los principales puntos estratégicos de la nación, y así poder llevar a cabo el desmantelamiento total de nuestras instituciones y de nuestra democracia.

Hoy, vemos la politización absoluta de las principales instituciones: Fiscalía General del Estado, T.C., Tribunal de Cuentas, y, próximo a caer si el PP no cambia de opinión, el CGPJ.

Se sigue legislando para favorecer todo tipo de delitos y para mermar los derechos básicos de los ciudadanos. 

Hoy, por ejemplo, y tras la convocatoria de cualquier huelga, los piquetes podrán actuar con total impunidad. Los llamados “piquetes informativos”, grupos violentos que coaccionan, amenazan, extorsionan y agreden, a cualquier individuo o industria que no siga las consignas lanzadas desde sus sindicatos que, no hace falta decir, no son más que las correas de transmisión de la izquierda, al igual que la inmensa mayoría de los medios de comunicación. 

Así es que si usted tiene un negocio y se niega a cerrar, tras una convocatoria de huelga, prepárese, las agresiones y demás actuaciones “informativas” pueden llevarle a ruina o al hospital, o a los dos sitios y, no pasará nada, porque esas agresiones, coacciones o chantajes, ya no serán delitos.

Otra nueva ley, de una gravedad inusitada, y que ya ha tenido su respuesta en la calle, es la pretensión de reformar la Ley de Seguridad Ciudadana. Sólo hay que echar un vistazo al texto de la misma para ponerse a temblar. La indefensión de los CFSE y del ciudadano corriente, es pavorosa. Tan sólo se benefician los que provoquen algaradas, manifestaciones violentas, o actuaciones vandálicas.

¿A quién o a quiénes les viene mejor esta reforma? Está claro y todos lo sabemos, a los manifestantes violentos que tendrán las manos libres para actuar con agresividad e impunemente. 

El orden público de esta manera se menoscaba, no hace falta ser profeta para comprender que veremos más violencia en las calles, más agresiones a los agentes del orden, degenerando muchas de las manifestaciones en verdaderos actos de vandalismo, bandidaje y rapiña.

Para completar el panorama, hemos asistido en días pasados a los ataques vergonzosos de P. Iglesias, a toda aquella institución que pueda complicarle la vida en un futuro que, si no se impide por alguna maniobra extraña, se vislumbra bastante oscuro.

Así, en una de sus últimas apariciones no dudó en afirmar que hay una conspiración contra Podemos de jueces, policías, medios de comunicación y militares. 

Este personaje que siempre se ha movido entre el populismo más pedestre, la demagogia, la mentira, la incitación al odio, y la agitación profesional, animando  a sus seguidores a que salieran a cazar fachas por las calles, y a convocar alertas antifascistas, cuando los resultados electorales le han sido contrarios, se ha pasado, visto a cómo le ha ido en las últimas elecciones en las que I. Ayuso le retiró de la política activa, a practicar el más vergonzoso victimismo conspiranoico, tratando de ensuciar, siguiendo el mismo plan prerrevolucionario, aquellas instituciones que, por mandato constitucional tienen el deber y la obligación de mantener la legalidad vigente, la unidad nacional y el orden público.

Igualmente nos enteramos hace unos días que tendremos Consejo de Ministros dos veces por semana ¿Nadie se ha preguntado el porqué?, es fácil suponerlo, se trata de apretar el acelerador en los planes previstos para desmontar nuestro Estado de Derecho, no vaya a ser cosa que se adelanten súbitamente las elecciones y, al PSOE, más a sus socios de des-Gobierno, que siguen cayendo en las encuestas, no les dé tiempo a completar todo lo proyectado y tengan que cesar. 

En los PGE el descenso de inversión en sanidad es de más de 11 mil millones de €, esta falta de fondos tendrá una repercusión doblemente negativa: al mismo tiempo que va a repercutir en la atención sanitaria, también dejará de atraer a fabricantes de medicamentos, ahondando la crisis del paro. En ese doble efecto también habrá que sumar el descontento de la ciudadanía.

Si miramos la crisis económica en que estamos sumergidos, y que no ha hecho nada más que empezar, donde inflación y precios crecen sin tregua, la deuda externa del Estado es galopante y la desigualdad social son imparables, estamos ante lo que muchos llaman la tormenta perfecta. 

Sin embargo, y para dar un respiro al contribuyente, como han hecho por ejemplo naciones como Italia, Portugal y Francia, que ha bajado sus impuestos, aquí es al revés. La subida de los mismos no cesa, en breve el IVA de muchos productos básicos, que estaban reducidos volverán al 21%.