"DESPRESTIGIANDO LAS INSTITUCIONES".

 

                                                                  FERNANDO III, EL SANTO.

Cuando se quiere derribar un edificio sólido puede hacerse de varias formas: con violencia, con lo cual, y una vez oída la primera refriega, los que se encargan de su defensa estarían en alerta. 

Y otra, ir socavando los cimientos para que, en un momento determinado, el edificio entero se venga abajo. 

Ésta última opción es exactamente por la que ha optado este desgobierno de miserables. Todas las maniobras, leyes y decretos que estamos viendo promulgados a toda prisa, están claramente concebidos para ir desprestigiando y diluyendo los obstáculos que, hoy por hoy formidables, impiden poner en marcha los planes totalitarios que tienen planeados para disgregar la Nación Española. 

De ahí que los principales ataques, como no podía ser de otra manera, están dirigidos contra la división de poderes, la Constitución y la Monarquía Parlamentaria. 

Éstas, son las bases irrenunciables de nuestra democracia y hasta ahora, han supuesto un freno constante a las pretensiones totalitarias de la izquierda, y a la fragmentación que anhelan separatistas, un valladar ante el que se han ido estrellando, en sus deseos de convertirnos en una dictadura bananera, del tipo de Venezuela, Cuba o Argentina.

Toda la izquierda ha decidido, unas veces de forma artera y sin tapujos, otras de forma sibilina, y siempre de forma zafia, ir socavando y parasitando los cimientos que dan fuste y soporte legal a todas las instituciones democráticas refrendadas por el pueblo español.

El problema de la invasión de las instituciones por políticos de diferente cuño no es nuevo, sino una epidemia que en España se ha incrementado hasta límites insoportables en estos años onerosos, catastróficos y malditos para nuestra historia, en que estamos desgobernados por el Fake que habita en La Moncloa, respaldado por una cuadrilla de proterroristas, comunistas y golpistas.

La izquierda, cainita y apátrida siempre, es refractaria a nuestra Historia, más allá de algunas anécdotas, de ahí que se haga necesario refrescar hechos no demasiado lejanos, y algunos episodios de recientes vivencias.

La democracia fue posible en España gracias a la derecha,  - sí, que nadie se asuste - las Cortes franquistas, con gran sentido de la responsabilidad y del momento histórico que vivíamos, pasando de la Ley a la Ley, hicieron posible que transitáramos de un régimen autoritario a una democracia de corte occidental. 

Reflexión: Cuando en una nación existe un régimen autoritario de derechas, siempre es viable retornar a un sistema democrático con división de poderes. Si en la misma nación hay un régimen totalitario comunista, se hace inalcanzable.

Visto con la perspectiva que dan los años el Rey Juan Carlos I fue decisivo, Suárez también, quien, con la extinta UCD, no sólo llevó las riendas de la Transición, sino que ganó limpiamente a los socialistas varias veces en las urnas. 

En aquellos años, desde 1978 al 1980, la ETA cometió más del 30 % de los asesinatos de su historia. Con ello se vino abajo uno de los mantras que la izquierda siempre había esgrimido para justificar su existencia: la lucha contra el franquismo.

Como no podía ser de otra manera y siguiendo una vieja traición, el PSOE llegó al poder en 1982, después de una convulsión social: el golpe de estado frustrado de 23-F.

F. González   - el dominicano - fue el tercer presidente de Gobierno desde que entró en vigor la Constitución de 1978.

Y… AHÍ EMPEZÓ TODO.

Tras un comienzo expectante, y queriendo dar un golpe de efecto y mando, el PSOE decreta la expropiación de Rumasa tan sólo un año después  - febrero de 1983 -  de llegar al poder.

Acto que fue recurrido ante el Tribunal Constitucional que sólo llevaba funcionando desde 1980. 

Las fuerzas dentro del mismo estaban muy equilibradas, sin embargo, las presiones del Ejecutivo para ganar el órdago fueron brutales. Finalmente y tras una serie de empates en el veredicto, se dio carta legal a la expropiación, decidiendo el voto de calidad del Presidente D. Manuel García-Pelayo. 

Dimitió en 1986 regresando a Caracas y falleciendo en 1991, amargado y arrepentido de haber cedido a las presiones como presidente del mencionado Tribunal.

A partir de ahí, la injerencia, presiones y coacciones de distinto grado por parte de toda la clase política, han sido constantes para dominar los tribunales importantes, CGPJ, T. Supremo, T. de Cuentas, Fiscalía o de cualquier institución que actúe como contrapeso y control del poder político.

Injusticias, intrusiones, violaciones de las leyes más elementales y la invasión de lugares que el propio sistema democrático reconoce como independientes, han dejado de ser una excepción y han sido ocupados en su mayor parte por el Poder.

La última hazaña  - con el cese de Paz Esteban López como directora del CNI -  ha sido un zarpazo al prestigio y reputación de este organismo. 

La pieza que se han cobrado ha sido importante. Para ello se han valido de toda suerte de mentiras y medias verdades, sacando a la luz materias que en cualquier nación medianamente seria, son absolutamente reservadas por su importancia estratégica y de seguridad. 

Otra institución más en entredicho y van… pero, lo que ha colmado el vaso ha sido que parlamentarios proterroristas, comunistas y golpistas, han formado parte de la Comisión de Secretos Oficiales. No es que hayan puesto a la zorra a guardar el gallinero, no, ha sido dejar al lobo entre los corderos, simplemente con el fin de que “Antonio”  -  que venderá hasta el último pedazo de España al mejor postor -  permanezca un segundo más en esa Moncloa de sus pecados.

La Constitución hace tiempo que es papel mojado en varios lugares de España, se llevan la palma Cataluña y Vascongadas, donde muchos de sus artículos son papel mojado ante la pasividad de todos los Gobiernos habidos hasta ahora.

El último ataque furibundo a la misma ha sido la recientemente aprobada ley del “sí es sí”, donde se presupone siempre la culpabilidad del hombre ante cualquier denuncia de una mujer.

Es todo un fraude de Ley. Cualquier día el Congreso aprobará “democráticamente” una ley donde los hombres, obligatoriamente, tendremos que ir andando por la calle a la pata coja y no pasará nada.

Si a esto le sumamos la concesión de indultos ideológicos  - golpistas, secuestradoras, etc  -  el panorama sobre el futuro de esta Nación, todavía llamada España, se presume francamente negro.

Están procurando revolcar por el fango, anular, parasitar, desprestigiar e infamar, la mayor parte de nuestras instituciones, aunque la pieza mayor a la batir, y que les será mucho más fácil de derribar, una vez desacreditadas todas las demás, es la Monarquía. 

En ello andan y, aunque cuentan con todo un arsenal mediático que les jalea y apoya, la tarea no les va a ser fácil. 

El CIS lleva ya más de seis años sin preguntar la opinión de los españoles sobre la institución monárquica, ésta siempre ha estado muy por encima de la que le merecen determinados políticos.

La cosa es fácil de comprobar, sólo hay que ver  cómo es recibido Felipe VI en público: aplausos, vítores a España y al propio Rey.

Todo lo contrario que al Fake monclovita, que es abucheado, insultado y vituperado, como muchos otros miembros de este desgobierno, cada vez que aparecen en público.

El grado de aprecio de los españoles por la Monarquía, se encuentra muy por encima de lo que quisieran estos patanes.