EL DAÑO QUE NO CESA. - 1ª Parte -

Vemos a diario cómo el Ejecutivo se pasa por el forro de sus caprichos todas aquellas recomendaciones que le llegan desde distintos organismo oficiales, nacionales e internacionales. Una conducta muy parecida a la que siguen los golpistas catalanes con las leyes que no están a la medida de sus caprichos.

Cada día la calidad democrática que tenemos los españoles va mermando y, ahora mismo, se encuentra en los niveles más bajos de todo nuestro periodo democrático. No es una opinión personal, ya que así lo manifiestan las instituciones europeas, incluso aquellas más progres que dan conocimiento de sus estudios periódicamente. 

Ahora mismo respecto al año 2019 hemos descendido seis puntos, desde el puesto dieciséis al veintidós y, seguimos bajando. Las causas de esta bajada las podemos constatar de muchas maneras, ya no valen los eslóganes tan manidos del tipo de: somos un gobierno “progresista” y otras estupideces similares venga o no a cuento, en cuanto no tienen nada que decir, las más llamativas son las siguientes: los dos revolcones seguidos que el Tribunal Constitucional ha infringido a este Ejecutivo y a la muchedumbre de inútiles que se sientan en el Consejo de Ministros, me estoy refiriendo a que, como todos sabemos, ha declarado como inconstitucionales - fuera de la Ley - los dos periodos de encierro que estos maléficos y sectarios personajillos, que nos amargan la vida y nos arruinan, habían decidido. 

Sin embargo, contemplamos con asombro que las consecuencias por este delito han sido nulas y, ahí siguen todos, como si no hubiera pasado nada. Aunque las comparaciones son odiosas, no queda más remedio que hacerse algunas preguntas, la más inmediata es: ¿qué habría pasado si a un gobierno de derechas o de centro, le hubieran enmendado la plana de una forma tan rotunda? Nadie lo duda, manifestaciones, mociones en las Cortes, guerrilla urbana, huelgas puntuales, piquetes, telediarios que hubieran abierto, en todas las cadenas, anunciando pomposamente el descalabro tremendo del Gobierno y las consecuencias con las responsabilidades políticas que deberían de exigirse inmediatamente.

Tendríamos a Iglesias predicando día y noche en programas de la 1ª, la 6ª, etc., todas esas presiones hubieran desembocado en una crisis gravísima, que hubieran obligado al Ejecutivo como poco, a dimitir, y a convocar elecciones rápidamente. 

No ha ocurrido nada de eso, silencio, pasar de puntillas y poco más. Nos han entretenido con distintas cortinas de humo reservadas para tales ocasiones. Esas maniobras del disimulo son una de las muchas manipulaciones que tienen previstas y ensayadas de forma magistral, y les valen para cualquier cosa.

Con todo y con eso lo peor es la complicidad de los medios, desviando la atención, cuando no ocultando los atropellos y pérdidas de derechos que los ciudadanos sufrimos a diario. Un día, quizás no muy lejano, lo pagarán de la misma forma que el cine español, ahíto de subvenciones y propaganda, donde salas vacías y taquillas raquíticas son el premio a tanto sectarismo descarado y casposo. 

Estos medios, entregados al poder, son cómplices imprescindibles de la erosión que está sufriendo nuestra democracia y nuestro sistema político. Se han convertido en mercenarios del mismo, algo que, como tantas otras cosas, debemos de recordarles a diario. 

Pero hay más, socialistas, comunistas y secesionistas, han formado un grupo donde las leyes se retuercen, las víctimas se humillan y los fallos de los tribunales, las más de las veces, quedan en suspenso ante la negativa de unos para acatarlas, y a la inacción del Ejecutivo para que se aplique la ley. 

Mas sigamos con la actualidad. Como no podía ser de otra manera, han sido muy pocos los medios informativos que han dado la noticia, así como ninguna cadena de TV, y es que hace unos días, la comisión del Parlamento Europeo, ha considerado los crímenes terroristas de la ETA como delitos de “lesa humanidad”. 

Esa comisión estuvo en Vascongadas para informarse y conocer sobre el terreno la opinión de las víctimas, de las FCSE y de los fiscales que entendieron algunos casos. Una vez analizados y recopilados todos los datos, han dado a conocer unas conclusiones que no pueden ser más contundentes: la banda terrorista de la ETA actuó con «violencia extrema» y todos sus crímenes podrían considerarse como «delitos de lesa humanidad». Lo cual quiere decir ni más ni menos, que no prescriben en el tiempo jamás. 

Como continuación a este informe preliminar, se añaden unas cuantas puntualizaciones y recomendaciones a las autoridades españolas –de las que no está cumpliendo ninguna; es más, está haciendo todo lo contrario - y, en general insiste y recomienda que los beneficios penitenciarios, que en su caso deben de aplicarse a los asesinos y criminales etarras, estén siempre sujetos a la colaboración de los mismos en aclarar los 379 casos aún pendientes. 

Vuelven a porfiar instando a las autoridades, que los beneficios penitenciarios y las posibles reinserciones, “sólo se otorguen a quienes ayuden a esclarecer dichos casos”. De igual manera vuelve a pedir y a exigir a los tribunales, que entienden los mismos, que agoten al máximo las posibilidades del Derecho Penal, persiguiendo a todos los implicados, tanto a los autores materiales, como a los intelectuales de los crímenes no resueltos y, no sólo se queda ahí, sino que conmina a las autoridades correspondientes a que persigan los homenajes a los etarras excarcelados y se criminalicen este tipo de festejos. 

Recalca contundentemente que esos recibimientos a los etarras producen gran dolor, y suponen una humillación a las víctimas y a los familiares de los asesinados. Puntualiza la comisión que en los años de plomo: «la violenta actividad de la banda contra las fuerzas de seguridad», y «la falta de cooperación internacional, dificultaron la investigación de los asesinatos». Concluyendo al fin apostillando, que la verdad y la justicia son «el primer paso» para la reparación a las víctimas. 

A pesar de todo esto vemos como el Fake que habita en la Moncloa, con su cara de titanio, hace causa común con personajes como Otegui, Junqueras, o comunistas y golpistas de todo cuño, tipo y clase.

Pacta, se abraza y sigue perorando y hablando como si todo lo que ocurre aquí no fuera con él, una actitud de alucinado que, de momento es impermeable a críticas, revolcones en los tribunales, tasas de paro, pobreza, colas de hambre, traiciones, imposturas, nepotismos, despilfarros del dinero público y demás barbaridades, todas ellas encaminadas a dos cosas fundamentales: favorecer descaradamente a todas sus sectas que, cada día aumentan exponencialmente y, a arruinar nuestras vidas, mermando y parasitando descaradamente nuestras instituciones democráticas. 

Un descaro que nadie le afea suficientemente. Hoy vemos como lo peor de nuestra clase política ha formado un comistrajo donde se conjuran para precipitarnos a la división, a la disolución y hacia la nada. 

Han acelerado el endeudamiento – los políticos invitan, a los suyos, claro, y tú pagas - como forma taimada de destrucción; una maniobra de consecuencias gravísimas y que nos esclaviza no solo a nosotros, sino a nuestros nietos, con una deuda impagable que nos ata de pies y manos y por la que nos desangramos, mermando trágicamente todos aquellos recursos que se podrían invertir en producir riqueza y en generar empleo. 

Ese endeudamiento nos asegura ya muchísimos años de pobreza y de carencias, y nos lleva, según estamos viendo, a la disgregación. Hace unos días la prima de riesgo española ha vuelto a dispararse hasta los 86 puntos básicos con respecto al bono alemán, lo que nos retrotrae a la peor época de Zapatero.